La mayoría de las cofradías de La Laguna se suelen consolar cuando llueve el día de su salida procesional pensando en que aún queda el Viernes Santo y la Magna, otra nueva oportunidad. Pero hay casos excepcionales. Uno de ellos es el de la Hermandad de La Sentencia y La Amargura, que solo saca a la primera de esas imágenes a hombros el Domingo de Ramos. Semanas de ensayos para que pueda pasar lo de ayer: que las inclemencias del tiempo impidan el recorrido. Normal algún gesto contrariado y hasta de disconformidad, ojos vidriosos y más de un lamento de distinto tipo.

La hora elegida era las 18:00 y el lugar, la parroquia de La Concepción. La tarde se presentaba incluso apacible, pero los pronósticos meteorológicos decían otra cosa. Así lo indicó el hermano mayor de esta cofradía, Álvaro Rivero, también conocido bordador local, cuando se puso ante el micrófono para dar la noticia a quienes aguardaban al comienzo de la procesión: no salían. Se escuchó un pequeño barullo. El motivo: la "evidente inestabilidad" del tiempo y que las posibilidades de precipitaciones superaban el 70%. Diez minutos después estaba lloviendo, por momentos incluso con cierta intensidad. Hubo, eso sí, una especie de "retranqueo".

¿Un "retranqueo"? La principal singularidad de esta cofradía es su marcada influencia andaluza y, junto a ella, algunos términos, costumbres y prácticas al menos hasta ahora poco conocidos en La Laguna. Uno de tantos es el "retranqueo", el traslado del paso al lugar que ocupará en el templo hasta su salida en procesión, en este caso el Viernes Santo. Y a falta de otra cosa, los costaleros se metieron debajo del trono y el capataz ordenó la primera "levantá" ante la mirada atenta del público más fiel de este estilo, que había hecho tiempo durante más de una hora hasta que se pudiese realizar la maniobra, una vez celebrada la misa dominical.

El sentimiento de resignación que, ya terminado todo, expresaba Álvaro Rivero era compartido al otro lado del casco, en San Juan. "Si el señor no lo ha querido es por algo", señalaba Hilario Rodríguez, maestro de ceremonias de la Cofradía del Cristo de Las Caídas, que tampoco pudo salir en procesión. A ambas hermandades les queda ahora esperar al viernes próximo y confiar en que la meteorología acabe poniéndose del lado de la Semana Santa.