El casco antiguo de la capital tinerfeña acogió la noche del Jueves Santo la procesión de la Esperanza Macarena chicharrera y Nuestro Padre Jesús Cautivo, pasos que salieron de la parroquia matriz de Nuestra Señora de La Concepción.

Con el paso marcado por los hermanos Paco y Leo Cortés, primero salió el trono de Jesús Cautivo, portado por costaleras, que abre paso a la Macarena. En la particular calle Sierpes en las que se convierte la calle Candelaria, no faltó la plegaria en forma de canción frente a la antigua Casa Portuguesa. La belleza de la copla contrastó con la de la estética del inmueble abandonado junto a donde se arrancó la canción. Antes, a las puertas de La Concepción, "El novio de la muerte". Detrás Esperanza Macarena, entre centenares de velas y bajo palio. El mayor, el propio de la torre de la iglesia matriz, que parece desbordar cuando los portadores se agachan para sacarla. En el encuentro en la plaza de la iglesia, el trono parece bailar, entre la admiración de los devotos. Otro momento de emoción, en San Francisco, donde los feligreses y espectadores desbordan el trayecto. Y regreso a La Concepción.