Nuestra Señora de la Soledad de la parroquia de Santo Domingo de Guzmán, en La Laguna, procesionó en la tarde-noche de ayer por el casco histórico de esta ciudad, en uno de los últimos desfiles de la Semana Santa. Acompañada por la Venerable Hermandad del Santísimo Rosario, Nuestra Señora de la Soledad y Santísimo Cristo Resucitado, lo hizo de forma austera, despojada de la mayor parte de los adornos habituales de su trono, en sintonía con una jornada triste en la conmemoración de la pasión, muerte y resurrección de Jesús.

Pese al día de puente para muchos y de preparativos en las iglesias para buena parte de los cofrades, la imagen consiguió congregar a público, especialmente a la salida de su parroquia. Después enfiló por el callejón que conecta con la calle Consistorio y comenzó su recorrido por La Carrera, Viana y San Agustín, y nuevamente de vuelta a Santo Domingo en una noche -como casi todas las de esta edición de la Semana Santa- gélida en el centro de La Laguna.

Tal como sucediese el pasado año, un grupo de instrumentos de viento puso el acento musical en una procesión marcada también por el silencio de una ciudad en calma, que, aparte de con la interpretación de los músicos, se entremezclaba con las campanillas del paso de la Virgen.

El ambiente de ayer contrastará con el de hoy, en el que está previsto que la misma cofradía salga a la calle con el Cristo Resucitado, a las 8:00 horas. Será ya en el Domingo de Resurrección, un día festivo para la iglesia católica, en el que se celebra la resurrección de Jesucristo. Además del desfile de esa imagen, en la Ciudad de los Adelantados está prevista, a partir de las 12:00 horas, la Misa Pontifical, en la Catedral, a la que seguirá la procesión de Jesús Sacramentado hasta la parroquia La Concepción, en el cierre de esta tradición católica.

Una pieza de imaginería con siglos de historia

La Virgen de la Soledad de la iglesia de Santo Domingo es una imagen que se cree que fue realizada en la segunda mitad del siglo XVI, aunque fue reformada con posterioridad. Según recoge la web de la Junta de Hermandades, antiguamente esta talla acompañaba al Señor de la Humildad y Paciencia en la procesión del Lunes Santo. Ya en el siglo XX salió algunos años en la noche del sábado y, a partir de la década de los 70, en la del Jueves Santo.

Esta pieza de imaginería va acompañada por la Sección Penitencial de la Hermandad del Rosario, que viste hábito con túnica blanca, así como capa negra. "En el lado izquierdo de la capa lleva la cruz de la orden dominica, y en el pecho, la simbología bordada del Ave María rodeada del Rosario", recoge el historiador Lorenzo Santana en el artículo "La Virgen de la Soledad de la Iglesia de Santo Domingo".