La agencia aeroespacial japonesa (JAXA) ha detectado junto a la órbita del satélite Astro-H, con el que ha tenido problemas para establecer contacto, la presencia de otros objetos, lo que podría indicar que ha resultado dañado.

Mediante el radar y los telescopios de un centro de observación e investigación de "basura espacial" situado en la prefectura japonesa de Okayama (oeste del país), se ha podido detectar la presencia de dos objetos "en torno a la órbita original del satélite", explicó JAXA en un comunicado publicado hoy.

Estos cuerpos podrían ser fragmentos del Astro-H, con el que JAXA fue incapaz de comunicarse el pasado 26 de marzo cuando estaba previsto que comenzaran sus operaciones.

El dispositivo, desarrollado por JAXA, la NASA estadounidense y otras instituciones, tiene como objetivo orbitar a unos 580 kilómetros de altura y observar agujeros negros y agrupaciones galácticas distantes a través de sus detectores de rayos gamma y cuatro telescopios de rayos X.

El 28 de marzo el Centro Conjunto de Operaciones Espaciales (JSpOC) de EE.UU. ya sugirió que el dispositivo podría haber sufrido "rupturas" al observar cinco objetos cerca del satélite, mientras que ayer National Geographic publicó el vídeo de un astrónomo aficionado que muestra al aparato orbitando de manera inestable.

JAXA explicó hoy también que ha logrado establecer muy brevemente comunicación con el Astro-H desde dos estaciones de seguimiento situadas en Santiago de Chile y Uchinoura (suroeste de Japón), muy cerca de donde fue lanzado el aparato el pasado 17 de febrero a bordo de un cohete H2-A.

Sin embargo, el organismo "no ha sido capaz de establecer su estado operativo, debido a que la franja temporal para recibir las señales era muy corta", según el comunicado.

La agencia asegura que JAXA seguirá intentando recuperar el contacto con el Astro-H e investigando "las causas de la anomalía" que se han registrado en las comunicaciones con el satélite.

El Astro-H tiene unos 14 metros de largo y pesa unas 2,7 toneladas de peso, lo que lo convierte en el satélite más pesado lanzado hasta la fecha por Japón.