Verónica Bravo Cabrera reside en el edificio próximo al inmueble desplomado. Está alojada estos días en el hotel Princesa Dácil y señala que es una situación dura, "porque falta que saquen a una amiga". "Los bomberos -recuerda- tocaron en la puerta, me sacaron y me desmayé". Ayer por la mañana señaló que no había dormido y tenía el "azúcar" alto. Durante la noche y la madrugada se asomó al balcón de su habitación para ver el lugar de la tragedia. Pudo acceder a su vivienda para sacar pocas prendas de ropa. Toda la jornada de ayer mostró su tristeza por su joven amiga no localizada, que tenía un niño de cuatro años. Ella también fue atendida por el personal de ayuda psicosocial.