Este miércoles, 25 de mayo, vuelve a celebrarse, por décimo año consecutivo, el Día del ''Orgullo Friki'', destinado a reconocer al colectivo de frikis españoles y su peculiar estilo de vida.

Se trata de una forma de reivindicar el derecho de los mayores de 30 a jugar a los videojuegos, leer comics, vestir camisetas frikis, y ver series o películas de ciencia y ficción. Precisamente, el Día del Orgullo Friki, que cumple 10 años, conmemora el estreno del largometraje de George Lucas, ''La guerra de las galaxias'', que tuvo lugar el 25 de mayo de 1977.

Aunque se podría pensar que los frikis son un grupo reducido, realmente uno de cada 3 españoles podría encajar perfectamente en este colectivo, ya que el 30% son usuarios de videojuegos, una de las actividades más representativas del friki, según Sophos Iberia.

Según datos de la Federación Europea de Software Interactivo (ISFE), 13 millones de españoles alguna vez han jugado a "League of Legends", "World of WarCraft", "Minecraft", "Battlefield", "FIFA", "Call of Duty", "StarCraft" u otros famosos videojuegos de culto.

No es de extrañar este gran número de usuarios de videojuegos, ya que este sector se ha convertido en la primera elección de ocio audiovisual en España, por delante del cine en DVD y de la música, siendo los juegos online y de móvil los de mayor crecimiento. Esta fortaleza se debe al extendido uso de juegos para móviles, tabletas, o los juegos en redes sociales, Smarts TVs, señala Sophos.

"Para poder disfrutar orgullosos de nuestro "friki de los videojuegos" interior, es importante que tengamos en cuenta una serie de precauciones y prestemos atención a nuestra ciberseguridad para que no termine todo en pesadilla", comenta Alberto Ruiz Rodas, Sales Engineer de Sophos Iberia.

Por ejemplo, en los videojuegos online es importante crear un avatar lo más neutro posible, de tal modo que no se pueda intuir si el usuarios es un niño o una niña, hombre o mujer, ni dar pistas con el nombre que elegimos o dónde vivimos.

"Por desgracia, los avatares femeninos pueden sufrir un mayor grado de acoso debido a la predominancia de los jugadores masculinos, por ello es recomendable ser lo más aséptico posible a la hora de definirlo", indica el experto, quien añade que es importante también evitar el uso de fotos reales (en aquellos juegos que no permitan generar un personaje).

Otro aspecto a tener en cuenta es que, si es posible ver que el usuario es un menor, podría llamar la atención a otros usuarios con ideas poco menos divertidas. Por ello, en el caso de los menores, los padres deberán siempre estar atentos sobre con quienes se relacionan, quienes son sus amigos online.

"Es más, los juegos para los más pequeños que incorporan este tipo de interactuación suelen tener asociado un código que hay que dar en persona a otros, lo que potencialmente protege a los más pequeños de hablar con cualquiera, tratando de asegurar que sólo hablan con otros amigos que ya conocen en el mundo real y, por tratarse de los más pequeños de la casa, los padres también se conozcan. Estos códigos nunca deberían publicarse en redes sociales, ya que abriría la puerta a que cualquiera pueda contactar con el menor", subraya.

Desde el punto de vista de los padres, indica que es importante revisar la edad recomendada para jugar a cada videojuego. "Gracias a los gráficos actuales, los modernos juegos de universo abierto permiten realizar un gran número de acciones, y no necesariamente ligadas al motivo inicial, o mejor dicho; aparente, del juego...".

"Por ejemplo, podría no sólo tratarse de un juego de conducir por la ciudad (hasta aquí sin objeciones), sino poder bajar de ese coche y negociar con traficantes sobre la entrega de un alijo o pactar robar un banco", apunta.

Finalmente, explica que una medida para tener mayor control sobre el uso de los videojuegos será tener la videoconsola en una zona común del hogar, nunca en la habitación del menor donde se pueda encerrar. "Si bien es cierto es más complicada esta premisa con las portátiles o incluso móviles, siempre será importante que se la guardemos nosotros para evitar que la pueda usar cuando quiera desde donde quiera", concluye.