El enfado puede ser muy útil en la vida y ayuda, por ejemplo, a enfrentarse a injusticias sociales, pero si es excesivo o patológico se convierte en un problema que puede hacer insoportable la existencia de quienes rodean a la persona que lo padece, explica a Efe la psicóloga Alicia Rodríguez Rancel.

De hecho todas las personas nos enfadamos y es preciso hacerlo en ocasiones, dice Alicia Rodríguez Rancel. Muchas veces el enfado es una respuesta adaptativa que se necesita para la vida.

"Pero si nos enfadamos de forma constante nos convertimos en insoportables para quienes nos rodean, con lo que ese enfado en lugar de beneficiar perjudica y es preciso tratarlo", apunta la experta.

Rodríguez ha organizado un curso sobre terapia cognitivo-conductual para el enfado patológico que el 3 y el 4 de junio impartirá el psicólogo Juan Sevillá Gascó. El curso estará dirigido de modo preferente a psicólogos y psiquiatras con práctica clínica.

El enfado patológico o excesivo es una emoción frecuente que causa mucho sufrimiento en quienes lo sufren y en quienes conviven con esas personas, pero no es fácil reconocer que se tiene un problema y aceptar ir a terapia, precisa Alicia Rodríguez.

Según la psicóloga, es frecuente encontrar el enfado patológico asociado a problemas de violencia machista. También está vinculado a todo tipo de acto delictivo violento como agresiones, atracos y violencia sexual, y a diversos trastornos de personalidad.