La aparición de las praderas en la superficie de la Tierra y la retirada de los bosques frondosos permitió la evolución de los primeros homínidos, según un nuevo estudio publicado hoy por la revista especializada Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).

El estudio parte de la revelación de un registro de la vegetación durante los últimos 24 millones de años por parte de un equipo de científicos de Estados Unidos, de la Universidad de Columbia en Nueva York y Lafayette College en Pensilvania.

La retirada de las áreas boscosas en favor de las praderas implicó el cambio de la dieta de los primeros homínidos, ya que permitió el cultivo del campo y el pastoreo.

El cambio de alimentación tendría repercusiones en la morfología de los individuos, como la habilidad de caminar y correr sobre dos piernas o el aumento del tamaño de su cerebro.

Además, los espacios abiertos permitieron a los homínidos la estructuración de comportamientos en la comunidad y el establecimiento de códigos sociales, ya que tenían más espacio para desenvolverse pero a la vez eran más vulnerables en áreas abiertas.

Por eso, tuvieron que organizarse de forma comunitaria, en la que se repartían las tareas destinadas a cumplir las necesidades básicas y se protegían unos a otros.

"Nuestra evolución al completo se ha desarrollado viviendo y trabajando en praderas", dijo el jefe del estudio, Kevin Uno, de la Universidad de Columbia.

Según los nuevos documentos, el cambio climático definitivo que marcaría un antes y un después para el desarrollo de la vida en el planeta ocurrió hace 10 millones de años.

A partir de ese momento, el porcentaje de praderas se expandió a una velocidad de entre el 7 y el 8 por ciento cada millón de años.

"Mucha gente ha conjeturado sobre si las praderas tuvieron un papel central en la evolución humana (...) Este estudio realmente ayuda a responder la pregunta", añadió Kevin Uno.

Los nuevos datos se concentran en el área de Etiopía y Kenia, conocidas como la cuna de la humanidad.

En el norte de África sucedió la primera escisión de los homínidos, que se sitúa en hace 7 millones de años, pero los primeros restos arqueológicos de un homínido datan de hace 3,8 millones.