Las autoridades sanitarias de Hong Kong han paralizado la venta de aves vivas, muy populares para su consumo en la ciudad, al igual que en el este y el sur de China, al detectar muestras del virus H7N9, potencialmente letal en humanos, en restos fecales recogidos en uno de sus mercados.

Según anunció en las últimas horas el Departamento de Alimentación e Higiene Medioambiental de Hong Kong mediante un comunicado, la presencia del virus fue confirmada este fin de semana tras analizarse unas muestras tomadas el pasado 16 de mayo en el mercado de aves vivas de Yan Oi, uno de los 29 de la ciudad.

En consecuencia, de acuerdo con los protocolos de detención y prevención de virus de este tipo en la ciudad, se ha declarado la paralización de toda operación de distribución y venta de aves vivas en Hong Kong, mientras se estudia la posibilidad de hacer sacrificios preventivos de animales.

Un portavoz del departamento fitosanitario explicó que en el puesto donde se encontró presencia de la cepa vírica, en un mercado del distrito de Tuen Mun, en los Nuevos Territorios limítrofes con China, había dos expositores, y sólo en uno se detectó el H7N9.

"Ninguna muestra del otro expositor dio positivo", señaló, y precisó que el que sí está afectado vendía aves como "gallinas y palomas".

Las autoridades, al recibir el resultado, decretaron el cierre del mercado y su desinfección, mientras tratan de averiguar el origen de las aves infectadas y han iniciado una inspección masiva en todas las granjas aviares de Hong Kong.

Según explicó a la prensa local el ministro de Sanidad hongkonés, Ko Wing-man, está previsto que las autoridades sean capaces de concluir hoy mismo "una evaluación de riesgos" para decidir "si necesitamos sacrificar todas las aves de los mercados", así como para "ver cuánto tiempo tenemos que suspender el suministro".

En principio las suspensiones de este tipo en Hong Kong suelen durar un mínimo de 21 días.

Ko explicó que también se ha suspendido la importación de aves vivas, aunque sus ventas desde China estaban "en un nivel muy bajo", por lo que no se sabe aún si las aves infectadas provenían de mercados hongkoneses o chinos.

Aunque los centros médicos locales están en alerta para diagnosticar y comunicar rápidamente cualquier posible caso de gripe aviar en humanos, y activar así los protocolos necesarios para evitar más contagios, por ahora no se ha detectado ningún caso.

La cepa H7N9, potencialmente letal, es una de las más graves del virus de la gripe aviar y afecta tanto a las aves como a los seres humanos, a los que puede llegar a provocar daños respiratorios y fallos en el funcionamiento de órganos vitales.

Descubierta en 2013 en torno a Shanghái y otras zonas del este de China, se ha contagiado a cerca de 400 personas, de las que murieron más de un centenar en los últimos años.