El calderón gris puede aprender el "idioma" de otros cetáceos, según demuestra un estudio que abunda en la habilidad de algunos mamíferos marinos para imitar sonidos de sus congéneres, pero que además aporta pruebas del peso que la vida "en sociedad" tiene en cómo se expresan estos animales.

La capacidad de imitar sonidos es una habilidad muy habitual entre muchos tipos de aves, pero que resulta poco frecuente entre los mamíferos terrestres (si se exceptúa, claro está, al hombre) y que, de hecho, solo se ha observado en murciélagos y elefantes.

Sin embargo, ese tipo de aprendizaje se ha visto en muchos mamíferos marinos, entre las distintas especies de ballenas, entre las orcas y, sobre todo, entre los delfines mulares, que la utilizan para desarrollar con el tiempo un sonido único que distingue a cada individuo de todos los demás de su grupo, su "silbido-firma".

Un estudio de las Universidades de Saint Andrews (Escocia, Reino Unido) y Turín (Italia) y la Sociedad para el Estudio de los Cetáceos en el Archipiélago Canario (SECAC) demuestra ahora que hay otro mamífero más que tiene esa capacidad: el calderón gris, también conocido como delfín gris o delfín de Risso (Grampus griseus).