Acnur alertó hace cinco años de la crisis humanitaria que llegaría a Europa como consecuencia de la guerra de Siria. La comunidad internacional no escuchó sus advertencias. Ahora, con miles de personas hacinadas en campamentos de países como Turquía, Líbano o Jordania, la presidenta del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados en España no ve cerca el final de la guerra. Cree que la sociedad civil ha dado un paso al frente, pero las instituciones no. María Ángeles Siemens estuvo hace unos días en Tenerife para recibir un premio a la labor de Acnur otorgado por la asociación de mujeres juristas.

¿La crisis de los refugiados ha servido para que Acnur gane más donantes individuales?

Desde que empezó la crisis humanitaria en septiembre del año pasado hemos recaudado bastantes fondos simplemente haciendo llamamientos públicos.

¿No es difícil movilizar a las personas para una causa internacional como es el tema de los refugiados?

Mi experiencia es que la sociedad española es supersolidaria con todas las causas. Cada vez que me llama una socia me dice que colabora con nosotros, pero también con Cruz Roja, Unicef... La gente da para muchas cosas. Es increíble. Y además gente con pocos recursos económicos. Estas personas dan una cantidad pequeña, cinco o diez euros todos los meses, pero se acuerdan de que tienen que apoyar todas estas causas. Yo en España no he visto dudas. Es impresionante.

¿Cómo está Canarias en número de socios en comparación con otras comunidades autónomas?

Acnur tiene 13.600 socios en Canarias. Es una cifra alta y me gustaría agradecer a esas personas individuales que aportan mes a mes a la causa de los refugiados. En Gran Canaria empezamos en 2012 y en Tenerife en 2013, y tenemos prácticamente el mismo número de socios en cada una de las islas.

Acnur avisó con mucho tiempo de antelación de la crisis de refugiados que se generaría a raíz del conflicto sirio. ¿Cómo se han sentido al ver que la comunidad internacional no los ha tenido en cuenta?

La guerra de Siria ha entrado en su quinto año. Acnur lleva desde el año uno hablando de eso. Es un desastre anunciado. Sabíamos que la situación de Siria, además, era una cosa distinta, porque los actores que están haciendo la guerra no son actores con los que tú fácilmente te puedas sentar en una mesa, porque ¿a quién representan? No son actores legítimos, no es el gobierno de Siria y la oposición... son ISIS, los rebeldes "A", los rebeldes "B"... es como si hoy en día cualquiera pudiera comenzar una guerra. Esa falta de interlocutores es el principal problema que hay. Y luego existen otros intereses ocultos que hacen que se siga manteniendo la guerra.

¿Cuál es el país que mejor se está comportando en la acogida de refugiados?

Alemania, que ha acogido a medio millón de refugiados. Tienen un sistema de asilo muy bien estructurado.

¿Cree que España acabará acogiendo la cuota de refugiados con la que se comprometió?

Ahora parece que quieren acelerar el proceso, pero de ahí a los cerca de 18.000 que deben acoger... Hay que destacar que las comunidades autónomas y los ayuntamientos se han organizado para acoger a la gente. Hay voluntad en la sociedad civil y en las instituciones pegadas a la tierra mucho más clara que la de las altas esferas.

Después de los sirios, ¿cómo es el mapa de los refugiados?

Los refugiados en este momento son sirios, afganos y somalíes. Y no debemos olvidar que nueve de cada diez refugiados están en el entorno de sus países de origen. La mayoría de los sirios no está en Europa, están en Jordania, Turquía o Líbano. En Líbano el número de sirios es igual que el de la población autóctona. Eso sí es grave para el país.

¿Cómo ha cambiado la situación después de la aprobación del acuerdo de la UE con Turquía?

Acnur dijo oficialmente que no apoyaba ese pacto, pero no se fue porque la gente sigue necesitando ayuda. El acuerdo, no obstante, fue un revés muy fuerte.

En España tenemos experiencia acogiendo a personas que huyen de sus países. Canarias, sin ir más lejos...

Hay ejemplos. En el 79 o en el 80, una España posdemocrática pero todavía en pañales recibió a 2.000 laosianos y vietnamitas. Los trajo Cruz Roja. A principios de los 90 trajimos a casi 5.000 refugiados de la guerra de Yugoslavia. Se gestionó con las comunidades autónomas y con los ayuntamientos. No pueden decirnos que no hay precedentes. Entonces tampoco se les quería dar asilo y se creó una cosa que se llamó asilo temporal, que limitaba en el tiempo los derechos asociados. Mucha gente protestó porque consideraba que había que darles el asilo total, pero acabó funcionando. Porque la idea de que los refugiados vienen para quedarse es absurda... Todo el mundo quiere volver a su casa. El refugiado y el inmigrante no son lo mismo. El inmigrante quiere una vida mejor, perolos refugiados no están aquí porque quieren, sino porque su vida corre peligro.