El oficial jefe de Bomberos de Tenerife, Salvador Reyes, fue distinguido el pasado mes con la Medalla al Mérito de Protección Civil a nivel estatal. Dicho reconocimiento, que fue otorgado por la Dirección General de Protección Civil del Gobierno central, se debe en buena parte a su labor en las tareas de desescombro y recuperación de los siete cadáveres en el desplome del edificio Julián José, en Los Cristianos, hace poco más de tres meses. Le cuesta decir que está orgulloso del reconocimiento y es diplomático al acordarse de todos los profesionales que intervinieron. Creen que en la labor de los bomberos es importante la formación y también la intuición.

Reyes, que entró en los bomberos de Santa Cruz en abril de 1978 con 22 años, señala que "soy un poco reacio a reconocimientos personales". Aclara que "entiendo que ha sido una labor de equipo y que es el Consorcio en sí el que tenía que ser condecorado, además del resto de organismos".

El oficial jefe de los bomberos tinerfeños indica que "son cosas que no dependen de uno y sí de instituciones como la Dirección General de Protección Civil".

Entre otras cosas, a Reyes se le atribuye una decisión clave en la recuperación de víctimas mortales en la tragedia. Entre el desconcierto general por el colapso del inmueble de varias plantas, este responsable operativo del Consorcio decidió pedir información a la presidenta de la comunidad de vecinos y, sobre un sencillo croquis del edificio, determinar dónde vivía cada una de las personas desaparecidas y qué podía estar haciendo a esa hora de la mañana o, muy importante, qué hicieron el día anterior. Con ese planteamiento, los diferentes recursos intervinientes fueron casi "a tiro hecho" hacia los lugares en los que se hallaban las personas que murieron.

Por ejemplo, en el caso de la mujer marroquí, se pensó que podía estar en la cama por una información errónea previa. Sin embargo, por los datos que después aportó su marido a través del equipo de psicólogos, se supo que estaba en la cocina. Respecto al último de los cuerpos recuperados, pertenecía al finlandés que estaba de vacaciones en Los Cristianos. Reyes comenta que "estaba casi saliendo, tenía las llaves en la mano". No se salvó por unos pocos segundos.

Pero insiste en que en Los Cristianos hubo una labor de equipo y reconoce la aportación de los perros de AEA y de la Unidad Militar de Emergencias (UME) en su conjunto, "que trabajaron muy bien"; los técnicos del Ayuntamiento, el Cuerpo Nacional de Policía, los bomberos del Consorcio o la presidenta del edificio, por ejemplo.

Está convencido que, dentro de la desagradable situación, hubo suerte, porque "a cualquier otra hora la tragedia hubiese sido mucho mayor".

Del primer día de esa intervención recuerda "un momento muy tenso e importante", que fue cuando "llegaron los bomberos y rescataron a los tres supervivientes heridos", "porque la fachada que quedó en pie estaba en muy mal estado y podía colapsar en cualquier momento" con los intervinientes trabajando allí.

Guía y Santiago del Teide, demasiado lejos

Salvador Reyes señala que, en derrumbes, el de Los Cristianos es el caso más grave al que se ha enfrentado. Recuerda también el del edificio Imperial, en la calle La Marina de la capital tinerfeña, donde no hubo muertos. A diferencia del "Julián José", el Imperial avisó con varios días de antelación, al aparecer grietas y minutos antes de caer también se sintió un movimiento y ruidos que presagiaron el desplome. ¿Qué es más importante en los sucesos graves, la formación, la experiencia acumulada y la aplicación de los protocolos o la intuición? Salvador Reyes estima que todo es importante y necesario. La formación y los protocolos son la base de cualquier intervención. La experiencia, hasta el caso de Los Cristianos, era poca o inexistente en Tenerife. Añade que "la intuición también es muy importante". Hace 38 años, cuando Reyes empezó a ejercer en la profesión, había 20 bomberos en todo Tenerife por cada turno. Existía el parque de la capital tinerfeña, el Consorcio del Sur y el del Norte. Ahora, en cada turno existen en la Isla 44 bomberos repartidos en 5 parques (Santa Cruz, Las Chafiras, La Laguna, La Orotava e Icod). El oficial jefe reconoce que "faltan por cubrir algunas zonas a las que llegamos con dificultades o no llegamos". Matiza que en esos lugares colaboran asociaciones de bomberos voluntarios, pero lo ideal es que se pueda intervenir con bomberos profesionales. Uno de esos espacios "alejados" es el territorio de Guía de Isora y Santiago del Teide. Desde hace muchos años existe un plan para la redistribución de parques de bomberos con el objetivo de atender mejor las necesidades. Reyes está convencido de la necesidad de implantar "parques pequeños y operativos" para dar una respuesta mejor a la población, "con los medios básicos".

Necesidad de nuevos parques operativos

En el proyecto del Consorcio, uno de los futuros parques debe ir junto a la zona turística de Costa Adeje, Las Américas y Los Cristianos. El mayor volumen de trabajo se registra en este enclave y, de hecho, los bomberos voluntarios de Adeje son los que más intervenciones tienen anualmente. Otro edificio tiene que estar en el Valle de Güímar. El proyecto de esta estructura es el que más avanzado está a día de hoy, ya que el Ayuntamiento de Candelaria ha ofrecido una parcela muy próxima a la autopista y con buena conexión para llegar a Güímar, Arafo, Candelaria o Fasnia. Este edificio y su dotación aumentarían la eficacia en caso de algún incendio o accidente en el Polígono Industrial de Güímar, donde hay empresas con mercancías peligrosas. Aclara Reyes que, con un parque próximo, se podría atajar un fuego cuando aún es conato, sin que se extienda demasiado.

Atienden en 10 minutos al 77% de la población

En la actualidad, los bomberos de Tenerife tienen capacidad para atender al 77 por ciento de la población en 10 minutos. La intención es que esa capacidad de respuesta ascienda al 89% de la población. Y otro objetivo es que el volumen de población que se atiende en 20 minutos pase del 92 al 97%. Reyes señala que el Consorcio ha convocado más de 20 plazas de bomberos y faltan algunas plazas más para cubrir la dotación que contempla la actual Relación de Puestos de Trabajo. Salvador Reyes apunta que la legislación no permite avanzar en la contratación de personal, sino cubrir aquellas vacantes que quedan por jubilación. Por eso los bomberos realizan ahora más guardias de lo normal.

Un millón de euros en dos camiones para 2017

Indica que para poder disponer de un parque con cuatro bomberos por turno, el Consorcio debe disponer de una plantilla de 22 profesionales si quiere cubrir las 24 horas. Una de las novedades para el próximo año será la incorporación de dos vehículos. Uno es un camión autoescalera, que tiene un coste de 750.000 euros. Y el otro es una autobomba. Entre ambos, la inversión superará el millón de euros. Este año se han adquirido dos furgones de rescate para los parques de la capital tinerfeña y de Las Chafiras. La mayor parte de los servicios del Consorcio están motivados por incendios, un 47 por ciento. Los rescates de personas suponen un 14% de las actuaciones y la intervención en accidentes de tráfico representa el 4 por ciento.