Cuando un paciente despierta del coma empieza un proceso de rehabilitación lento, que puede durar años, a veces toda la vida, ya que tras sufrir un daño cerebral adquirido (DCA) quedan secuelas motrices, psicológicas y lingüísticas, aunque lo más difícil, según los expertos, es la reintegración social. ¿Y cómo se puede entrar en coma?

Una persona puede llegar a ese estado tras padecer un DCA como consecuencia de una lesión en el cerebro: un ictus, traumatismos craneoencefálicos, tumores, anoxias (falta casi total de oxígeno en la sangre o en tejidos corporales) u otras patologías infecciosas. "La persona parece dormida, es incapaz de despertarse por medio de estímulos y no es consciente de él mismo, ni de su entorno", tal y como señala a Efe el presidente de la Sociedad Española de Neurorrehabilitación, Manuel Murie. Si este proceso se dilata en el tiempo, la persona puede llegar a entrar en un estado vegetativo y mientras su cerebro sufre daños. "Cuanto más tiempo pase así, la recuperación será más complicada", advierte el neurólogo. Si logra despertar, tendrá secuelas motoras, como parálisis en parte del cuerpo, pérdida de fuerza y destreza; cognitivas, con posible deterioro en la memoria, la atención o control de los impulsos, o del lenguaje y la deglución. Pero además a estos pacientes les pueden cambiar la personalidad y las emociones y muchos de ellos tienen dificultades en establecer relaciones sociales.

Por todo ello, es necesaria una rehabilitación física y emocional que "debe empezar lo antes posible", y el proceso debe ser "personalizado y multidisciplinar".

No obstante, cada paciente es distinto, ya que según señala a Efe el neuropsicólogo del Centro Neurológico de Atención Integral (CNAI), Ramón Fernández de Bobadilla, el origen del coma, su duración y las propias características darán lugar a un tratamiento diferente. La terapia generalmente es larga, con altibajos y hay momentos en los que, según Murie, apenas se avanza. A lo largo de este camino la familia ocupa un papel esencial, ya que la rehabilitación sigue en casa y, en ocasiones, sus miembros son los únicos que siguen al lado del afectado.

Perfil y proceso

El 65 % de las personas con DCA son mayores de 65 años, según la Federación Española de Daño Cerebral (Fedace), sin embargo jóvenes, y niños también puede sufrirlo.

El hijo del presidente de Fedace, Luciano Fernández, es uno de esos casos. A los diecinueve años sufrió una muerte súbita cardíaca provocada por el síndrome de Wolff-Parkinson-White, una enfermedad en la cual existe una ruta eléctrica adicional en el corazón. Sufrió un daño cerebral que le hizo entrar en coma. No despertó y paso a estar en estado vegetativo, pero casi tres meses después, según cuenta Fernández, "nació de nuevo". "Al despertar hubo que enseñarle todo: a hablar, reconocer las cosas, caras, sabores...", pero las secuelas también fueron físicas, ya que había perdido la visión, casi todo el sentido del tacto y del gusto, y tampoco podía caminar por sí mismo. Pronto comenzó un proceso de rehabilitación que "durará toda la vida".