Cuando Keanu Reeves, el actor que encarna al protagonista de Matrix, despierta de su letargo, descubre que hasta entonces no había sido dueño de su vida y eso, precisamente, les ocurre a las personas que sufren agorafobia, un trastorno que las adentra en un

mundo desconocido controlado por el pánico.

El término agorafobia hace referencia al miedo a espacios abiertos, pero engloba "mucho más", según destacan a Efe diversos psicólogos.

Y es que, más que un trastorno, es una forma de comportarse para no volver a sufrir un estado "de vulnerabilidad previo frente al miedo", explica Rubén Casado, psicólogo de la Asociación Madrileña de Agorafobia (Amadag).

"Es como sumergirte en tu propio Matrix, un universo en el que te adentras en lo desconocido", destaca este psicólogo que, durante años, también padeció esta fobia.

Así, el agorafóbico comienza a organizar su vida, su forma de relacionarse y de acudir a los espacios públicos alrededor del pánico; "es como tenerle miedo al propio miedo", asevera Casado.

"Adoptan una actitud de ver el mundo a través de un cristal que les separa de la realidad para no enfrentarse a situaciones de pánico", explica. Pero se convierte en "un círculo vicioso", ya que los agorafóbicos buscan de manera constante "encontrar los síntomas" y premeditan, una y otra vez, las situaciones a las que se pueden enfrentar, dice.

Carla es una trabajadora y madre de familia que sufre agorafobia desde hace doce años y su primer ataque de pánico lo tuvo en la calle al poco de acabar la universidad, aunque hasta dos años después no descubrió qué le pasaba realmente.

"Comencé a tener conductas de evitación" -continúa- y tras varios "ataques" seguidos inició una serie de pautas diarias para eludir esas situaciones en las que no se sentía segura, como ir al supermercado o las relaciones sociales.

En su caso, explica que las recaídas ocurren cuando se enfrenta a los cambios importantes, como de trabajo o de domicilio.

Hace seis meses, cuando tuvo a su segundo hijo, sufrió el ataque de pánico más reciente.

"No sabía si podría cuidar de dos niños, ¿Seré capaz? Esa es la pregunta que me desencadena el pánico", confiesa que pensó entonces.

Sin embargo, subraya que se encuentra mejor desde que hace un mes inició una terapia vía online con Amadag.

Por su lado, el presidente de la Sociedad Española del estudio del Estrés y la Ansiedad, Antonio Cano, resalta que estas personas "tratan de anticipar y prevenir las situaciones que activan la ansiedad".

Es una reacción común a todos los seres humanos, "de alerta ante situaciones negativas", pero cuando una persona con agorafobia entra en pánico no es capaz de racionalizar y "sale corriendo", añade.

Así, aprehenden un mecanismo natural de defensa como respuesta frecuente que acaba por condicionar la reacción ante situaciones de "difícil escape", añade Cano.

Por otra parte, el "acompañante fóbico" (la pareja o un familiar cercano) tiene un papel muy importante para ellos, son quienes les tranquilizan en situaciones de pánico y les "ayudan a que puedan seguir funcionando", explica el también psicólogo Sergio García.

Aunque, recalca que, progresivamente, esos acompañantes tendrán que ir desapareciendo de la rutina diaria.

Repetir frases como si fueran mantras es otra técnica que se utiliza en las terapias, "poco a poco las interiorizan", explica este psicólogo y, así, "las tejen como un pensamiento que les devuelve la tranquilidad".

Grupos en Facebook para compartir experiencias

El caso de Carla no es inusual, tal y como demuestra el hecho de que existan grupos de Facebook como el denominado "Agorafobia, los invisibles", en el que distintas personas se apoyan mutuamente y cuentan sus experiencias, las positivas y las negativas. Su creador, que se llama Alberto, cuenta en una entrada de este grupo que lo creó para "desestigmatizar" la agorafobia, concienciar al respecto, que la sociedad comprenda a quienes la padecen y "no se utilicen estereotipos vanos y vacíos". El apoyo y la información son fundamentales.