Diez personas se van a suicidar hoy en España. La inmensa mayoría de esas muertes se podrían prevenir, según los especialistas, que coinciden en que el enemigo a batir es el tabú y el estigma social que rodea al suicidio y que impide a la persona pedir ayuda.

Así se puso ayer de relieve en rueda de prensa con motivo de la celebración el próximo sábado del Día Internacional de la Prevención del Suicidio, la primera causa de muerte externa en España, por delante de los accidentes de tráfico.

Cada año se suicidan en nuestro país más de 4.000 personas; el 90 % de ellas sufren una enfermedad mental, principalmente depresión. Y por cada suicidio que se consuma, hay veinte tentativas, que no se deben banalizar, porque son un factor importante de predicción. Aunque la tasa de suicidio en España está por debajo de países más ricos como Japón, Estados Unidos, Canadá o los del norte de Europa, las diferencias entre comunidades autónomas e incluso entre provincias son grandes.

Soria tiene la tasa más alta (18,6 suicidios por cada 100.000 habitantes), seguida de Lugo (17,9) y A coruña (15,1), frente a Palencia que tiene la más baja (4,8) o Badajoz (4,9). Madrid es la comunidad con menor índice (5,3 por cada 100.000 habitantes) y una de las pocas autonomías que cuenta con un programa específico de prevención. No obstante, la responsable de la coordinación asistencial de la atención en salud mental ambulatoria de esta comunidad, Mercedes Navío, no es partidaria de hablar de cifras. "No se trata de números sino de personas", dijo esta psiquiatra, que insistió en que el objetivo es erradicar el suicidio y para ello hay que visibilizarlo como un problema de salud pública.