En España se practican aproximadamente 65.000 operaciones de cirugía plástica al año, de las que un 1,5 por ciento son realizadas a menores de 18 años, según datos de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (Secpre).

La especialidad de cirugía plástica se divide en dos vertientes: reconstructiva o reparadora, que se practica por motivos vinculados al padecimiento de enfermedades, traumatismos o malformaciones, y estética, que se practica por el deseo del paciente de modificar la imagen física de una o varias partes de su cuerpo.

En el caso de los menores de edad, la mayoría de las intervenciones que se les realizan en España corresponden a cirugía plástica reparadora, precisa en un comunicado la citada Sociedad.

Cerca de la mitad de esas operaciones son otoplastias, destinadas a corregir las popularmente conocidas como "orejas de soplillo" u "orejas en asa".

La Secpre señala que la literatura científica aún debate si este tipo de cirugías deben considerarse estéticas o reparadoras, dado que suelen estar totalmente justificadas desde el punto de vista médico por el sufrimiento psicológico asociado al trastorno que corrigen.

En España, recuerda la Secpre, no existe una normativa específica que regule las intervenciones de cirugía plástica a menores sino que se rigen por las leyes de la autonomía del paciente (2002) y la ley del sistema de protección a la infancia y a la adolescencia (2015).

Este marco legal establece que todo menor que deba o quiera someterse a una operación necesita del consentimiento de sus padres o tutores legales dependiendo de la gravedad o riesgo de la operación, del nivel de madurez emocional e intelectual del paciente y de su situación de emancipación, factores que deja a la valoración del médico.

La Secpre aconseja a los menores acudir al cirujano acompañado de sus padres o representantes legales, y a un profesional con la titulación de especialista en cirugía plástica, estética y reparadora, dado el intrusismo existente por parte de los más de 9.000 médicos que la practican sin la formación adecuada.

Para no dejar en manos de un cirujano plástico una labor más propia de un psicólogo, la sociedad médica aboga por la aprobación de una normativa nacional o de las correspondientes normativas autonómicas que sean similares a la existente en Andalucía.

En el año 2009, la Junta de Andalucía aprobó un decreto que establece las condiciones para que los menores puedan ser intervenidos de cirugía plástica estética, entre las que figura la obligatoriedad de ser entrevistados por un psicólogo y la emisión por parte de éste de un informe de madurez psicológica.