El astrónomo aficionado Alessandro Maggi, con la ayuda de un pequeño telescopio, ha observado la galaxia Andrómeda II sin darse de cuenta de que en la instantánea aparecía también una galaxia difusa. Así, un equipo internacional de científicos que cuenta con la participación de la Universidad Complutense de Madrid ha verificado el hallazgo, el primero de este tipo registrado en el gran cúmulo galáctico Piscis-Perseo.

Así, a una distancia de 250 millones de años luz, en las constelaciones de Piscis y Perseo, se extiende una de las estructuras cósmicas más grandes del universo, formada por miles de galaxias. En este supercúmulo galáctico, es donde se ha descubierto uno de los cuerpos más difíciles de localizar del espacio.

"Tienen un tamaño similar al de nuestra Vía Láctea pero con una luminosidad muy baja, como la que tendrían las galaxias enanas", ha explicado la investigadora M. Ángeles Gómez Flechoso, del departamento de Matemática Aplicada (Biomatemática) de la UCM y coautora del trabajo, publicado en The Astronomical Journal.

Maggi fotografió la galaxia enana Andromeda II y publicó su imagen en Internet, aunque no fue consciente de que había descubierto un nuevo objeto. Así, partiendo de esta fotografía, el autor principal de la investigación y astrónomo del Instituto Max Planck de Astronomía y de la Universidad de Heidelberg (Alemania), David Martínez-Delgado,localizó en ella a la débil galaxia y verificó su existencia con herramientas profesionales.

"Lo que resulta más interesante de DGSAT I es que se ha observado en una zona de baja densidad de un cúmulo de galaxias, como es el de Piscis-Perseo. Hasta ahora, las galaxias difusas se habían observado en el cúmulo de Coma, pero en zonas más densas", ha explicado Gómez Flechoso.

RAREZAS DEL COSMOS

"Se especula con la posibilidad de que sean galaxias que han sufrido procesos de calentamiento por fuerzas de marea al ser capturadas por el potencial del cúmulo", ha señalado la científica.

Otra hipótesis es que el propio entorno las haya modelado con esta estructura en el proceso de formación del cúmulo, según la investigadora.

También resulta complicado para los científicos saber qué proporción de estos cuerpos existe en todo el universo. Su bajo brillo superficial y su ausencia de gas dificultan su detección. "Lo que sabemos es que hasta ahora solo se han observado en cúmulos de galaxias, en zonas más o menos densas", ha afirmado Gómez Flechoso.