Los recursos naturales de España tienen un enorme potencial turístico, pero el éxito del ecoturismo va a depender de las buenas prácticas de las empresas que explotan ese modelo y de que las "experiencias" que ofrecen en contacto con la naturaleza no interfieran en la salud y la conservación de los ecosistemas.

En pocos sectores resulta tan evidente la necesidad de que el crecimiento sea "sostenible" y de que el desarrollo socioeconómico y la conservación avancen en paralelo, según expusieron a Efe varios expertos en esta materia, porque el ecoturista solo muestra interés por visitar un espacio natural cuando está bien conservado.

Administraciones y empresas buscan fórmulas que aseguren ese equilibrio, y entre ellas está la de "certificar" el producto turístico que se oferta (avistamientos o rutas guiadas, entre otras) para garantizar que esa actividad se va a desarrollar minimizando los impactos sociales y medioambientales.

Entre los principios que inspiran el concepto de "ecoturismo" están el de que la actividad proporcione beneficios económicos para la población local y que una parte de esos beneficios repercutan de forma directa en la conservación de los recursos naturales.

Para aprovechar los recursos naturales, generar riqueza y empleo y contribuir a mejorar las condiciones económicas y sociales de las poblaciones rurales, el Gobierno puso en marcha hace dos años el Plan Sectorial de Turismo de Naturaleza y Biodiversidad.

Especialistas consultados incidieron en la necesaria colaboración público-privada para asegurar el éxito del ecoturismo, y señalaron que la senda que debe seguirse es la que apunta la Carta Europea de Turismo Sostenible.