Uno de los codirectores de los yacimientos arqueológicos de la sierra de Atapuerca, Eudald Carbonell, asegura que aún el hombre no es humano del todo, solo al 60%, ya que para llegar al 100% hace falta que la tecnología sea el eje central de toda la sociabilidad.

Eudald Carbonell, profesor de Prehistoria de la Universidad Rovira i Virgili y autor de una docena de libros de divulgación, el más reciente "Entender la ciencia desde dentro (o por lo menos intentarlo)", aseguró que la tecnología es lo que hará evolucionar al ser humano y desarrollar una conciencia más crítica. "La tecnología es lo que nos ha hecho humanos y lo que nos terminará de hacer humanos", manifiesta Carbonell, quien recientemente ha participado en Santa Cruz de Tenerife en el foro "Enciende el Cosmos", organizado por CajaCanarias.

En su opinión, la diferencia entre los humanos y los animales es que los primeros pueden utilizar tecnologías como el móvil o el ordenador, mientras que los segundos no. Para Carbonell, la evolución humana pasa por que la humanización dé paso a la transhumanización, es decir, el uso de las tecnologías con el objetivo de mejorar las capacidades humanas, tanto a nivel físico como psicológico e intelectual. "La tecnología es lo más natural que hay", aseveró el paleontólogo, quien celebró que la evolución vaya encaminada hacia la diversidad de especies con conciencia. Según avanzó, dentro de centenares de años habrá humanos iguales genéticamente que coexistirán con "otros seres" metálicos, de plástico o plasma que también tendrán conciencia.

Hace 20.000 años en el planeta había cinco especies de homínidos, ahora hay una, el homo sapiens, lo que, a su parecer, evidencia que la diversidad evolutiva que antes existió ahora está estancada. Convencido de que volverá esta variedad, Carbonell defiende que al haber disparidad de conciencias habrá más capacidad crítica, lo que desembocará en que "los humanos sean más humanos".

La aplicación de las tecnologías en todos los parámetros de la vida humana provocará la desaparición de instintos básicos, como por ejemplo la ubicación espacial, lo que hará que los humanos del futuro necesiten implantarse un GPS para ir de un lugar a otro. La tesis del prehistoriador sostiene que se perderán instintos básicos porque habrá herramientas digitales que las suplan.

Otro de los instintos llamados a extinguirse será el sexo con fines reproductivos, que terminará con la clonación, vaticina Carbonell, quien incluso se atreve a pronosticar que el ser humano podrá vivir más de 120 años si la ciencia avanza y permite modificar la estructura genéticamente. A su juicio, la tecnología permitirá dirigir y diseñar la evolución humana, que hasta el momento "no ha tenido ningún sentido y ha sido aleatoria".