Los aspectos más importantes para prevenir la artrosis son la educación del paciente y el ejercicio, según ha señalado la presidenta de la Sociedad Venezolana de Reumatología, Maritza Quintero, un referente mundial de esta patología, quien se encuentra en Barcelona participando en el Congreso Mundial de Controversias, Debates & Consensos en Enfermedades de Hueso, Músculo y Articulaciones.

Estas recomendaciones ocupan un lugar preferente en los últimos consensos de diagnóstico, tratamiento y prevención de la artrosis, al igual que el uso de antiinflamatorios no esteroideos tradicionales y de modificadores de la estructura -condroitín sulfato y la glucosamina-, por ser los tratamientos farmacológicos con más evidencia clínica.

"No hay ninguna duda de que el uso racional de todos estos medicamentos, fundamentados en evidencia científica, mejoran la situación del paciente. No hay que esperar a que el paciente tenga un estadio avanzado para tratarlo, estas son herramientas de apoyo muy importante", ha añadido en una entrevista a Europa Press.

Sin embargo, continúa, "otros fármacos no han quedado muy bien parados en el tratamiento de la artrosis. Este es el caso de moléculas como la hidroxicloroquina, los bifosfonatos o los insaponificables de la soja y del aguacate".

La doctora, quien es miembro de la Directiva de la Liga Panamerica de Reumatología (PANLAR), ha acudido a presentar el Primer Consenso Latinoamericano de Manejo de la Artrosis en Mano, Cadera y Rodilla, que acaba de ser publicado en el ''Journal of Clinical Rheumatology''.

Aunque ya existían criterios sobre el tratamiento y manejo de esta enfermedad, no existía uniformidad y consenso en la asistencia de los pacientes en Latinoamérica. "Gracias a este consenso, 900 millones de individuos tendrán a su alcance un mejor tratamiento de la artrosis", señala la experta, quien califica de reto este manual que podrá ser usado por traumatólogos y ortopedistas, rehabilitadores y médicos de familia.

Actualmente, recuerda, "la artrosis es la enfermedad reumática más frecuente, es el primer motivo de consulta de los pacientes, y además es la segunda causa de incapacidad laboral, con lo que implica en el coste social para todos los países del mundo".

Mejorar la calidad de vida del paciente debe ser el objetivo principal del tratamiento, bajo esa premisa destaca la experta el desarrollo de documentos de consenso y de encuentros internacionales como el que se celebra en la ciudad Condal.

"En este momento, Barcelona es la cuna mundial de la reumatología, es un Congreso que tiene una gran participación con grandes lideres mundiales", afirma Quintero, quien destaca el programa organizativo del encuentro, así como el gran número de nuevas investigaciones que se van a presentar.

"El paradigma de la artrosis ha cambiado, ha dejado de ser la cenicienta de las enfermedades; de ser una patología que no era importante para los grupos de científicos ha pasado, hoy día, a ocupar un sitio muy relevante en la investigación. Hay que tener en cuenta que ocupa uno de los problemas más importantes de salud pública del mundo", ha advertido.

ESTUDIO EN 3.000 PACIENTES

Para el desarrollo de este consenso se ha tomado como base un gran estudio realizado en 13 países de América Latina, en más de 3.000 pacientes. Este estudio, el más grande realizado hasta el momento en esta región, "nos ha dado datos muy interesantes" para desarrollar una nueva planificación de la atención de salud en el manejo de la artrosis.

Aproximadamente, el 88 por ciento tenían artrosis primaria. El 31,2 por ciento tenía artrosis de rodilla; el 9,5 por ciento de la mano; el 22,9 por ciento de mano y rodilla, y la cadera 1,3 por ciento. Además, el 88,5 por ciento tenían gravedad radiológica de grado 2 o 3 en la escala de Kellgren-Lawrence.

"Además, en este trabajo se ha observado una fuerte asociación de la artrosis con otras comorbilidades". Es el caso de la hipertensión (39%), la obesidad (36,3%) y la diabetes mellitus (12%), mientras que no se observó ninguna comorbilidad en el 12,7 por ciento.

El estudio también demostró que los fármacos antiinflamatorios no esteroides fueron el tratamiento predominante incluido en combinaciones con el sulfato de glucosamina y condroitín sulfato.