Planetarios, universidades, entidades científicas y particulares estuvieron muy atentos ayer para observar la superluna, la más grande de los últimos 70 años, que no se volverá a repetir con la misma intensidad hasta 2034, según datos de la agencia espacial estadounidense NASA.

El satélite natural de la Tierra gira en una órbita que oscila aproximadamente entre los 410.000 y los 350.000 kilómetros y alcanza su punto más próximo al planeta.

La superluna se da cuando, estando en su fase de llena, se encuentra en una posición especialmente cercana al planeta, como sucede hoy, que gira a nuestro alrededor a menos de 360.000 kilómetros de distancia.

Esta proximidad hará que la veamos un 14% más grande y un 30% más luminosa que cuando se encuentra en su posición más lejana de la Tierra. En realidad, se trata de un fenómeno bastante frecuente. Este mismo año ya vimos una el pasado 16 de octubre y antes de que finalice 2016 veremos otra el próximo 14 de diciembre.

Javier Armentia, director del Planetario de Pamplona, insistió en que "estamos ante un fenómeno normal" pues lo que se pudo ver ayer "no es una superluna en realidad, sino una luna llena preciosa, como la de octubre".