Marian Santiago es sargento de la Guardia Civil de Tráfico. Hace 15 años, su primer destino estuvo en el destacamento de La Laguna y, entre otras cosas, fue la primera mujer en dicha institución que actuó profesionalmente como motorista en la Vuelta Ciclista a España. Hace un año y cuatro meses supo que tenía cáncer en uno de sus pechos. Y en apenas 16 meses ha tenido fuerzas y valor para pasar por el calvario de las incertidumbres, el miedo a la muerte, el tratamiento de quimioterapia o la operación. Pero, además, en un ejemplo admirable de fortaleza, valentía y optimismo decidió solicitar enrolarse en la expedición Reto Pelayo 2016, que consiste en realizar la ruta en velero desde Valencia hasta la isla caribeña de Martinica. Ella y sus cuatro compañeras, Carmen, Susana, Yolanda y Patricia, pretenden lanzar un mensaje de positividad a aquellas mujeres que ahora se enfrentan al duro momento de conocer la verdad, a la intervención quirúrgica o a la quimioterapia.

Así lo hicieron en una conferencia dada ayer a mujeres guardias civiles o familiares en el salón de actos de la Comandancia del Instituto Armado en Santa Cruz de Tenerife.

Marian manifestó que, hace apenas seis meses, no podía subir una escalera, debido a lo débil que estaba tras recibir las inyecciones del citado tratamiento. Entonces decidió prepararse, "porque el deporte es fundamental para superar esto, y hablé con el director del proyecto, Eric Frattini, que me dio la oportunidad de estar aquí". Marian tiene un aspecto físico fuerte y señala que el reto de cruzar el Atlántico es un mensaje a "todas las chicas que tienen esta enfermedad, para que vean que es posible salir de ella y quiero demostrar que se puede". Marian ejercía como sargento de la Guardia Civil de Tráfico y era una persona deportista, que, entre otras cosas, practicaba escalada. A ella, que se consideraba una "Superwoman", según dijo ayer, no se le pasaba por la cabeza que algún día pudiera tener cáncer; "no podía ser". Pero en julio de 2015 se detectó un bulto. Se hizo las pruebas ese mes y en agosto se operó para que le extrajeran el tumor. En septiembre inició la recuperación con radioterapia y quimioterapia. Esta sargento aconsejó que, ante esta enfermedad, "hay que olvidarse del trabajo y centrarse en una misma" para disfrutar de cada momento. Susana es otra expedicionaria que ejerce como cabo del Servicio de Seguridad de la Casa Real. Como muchas otras afectadas, se notó el bulto y "lo dejó pasar" mucho tiempo, con la excusa del trabajo. La enfermedad la ayudó a descubrir la humanidad de sus compañeros de trabajo. Marian, Susana, Patricia, Carmen y Yolanda destacan la importancia de que las parejas sepan estar a la altura de las circunstancias para transmitir esperanza, alegría o felicidad a quienes pasan por ese episodio vital de terrible amargura.

Y a quienes están alrededor, otros familiares y amigos, les explican que se deben buscar los gestos sencillos de acompañamiento y entretenimiento, es decir, que no empeoren el estado anímico de la paciente.

Tras hacer escala en Tenerife, las mujeres navegarán dos semanas hasta Martinica. Para la organización en el barco, curiosamente se aplicará un cuadrante de tareas basado en los que se aplican en la Guardia Civil.

El momento más emotivo del acto de ayer fue al final de la conferencia, cuando varias participantes pudieron abrazar y animar a algunas de las mujeres presentes entre lágrimas.