El consumo de yogures puede prevenir enfermedades cardiovasculares, ser beneficioso para los intolerantes a la lactosa e, incluso, tener alguna influencia contra el cáncer de colon. Estas fueron las características del derivado de la leche en las que Águeda Caballero, jefa de Endocrinología del Hospital Universitario de Canarias (HUC), incidió ayer durante una conferencia sobre endocrinología celebrada en Santa Cruz de Tenerife.

En esta jornada se trató de divulgar información sobre los lácteos en general y del yogur en particular. Sobre todo incidió en los estudios relativos a la microbiota intestinal. La microbiota intestinal son bacterias que todos tenemos en el intestino. "Las tenemos desde que nacemos, a los dos años se asientan y pueden irse modificando con la dieta". En esta línea, "los productos lácteos, concretamente el yogur, parecen tener una relación beneficiosa con las enfermedades cardiovasculares", explicó la doctora. No obstante, insistió en que ninguno de estos estudios es "especialmente concluyente".

"Lo que está claro es que el consumo de lácteos, y concretamente el yogur, sí que se correlaciona con un beneficio para combatir las enfermedades cardiovasculares como la diabetes o la obesidad". Parece ser que, para las personas con obesidad, los yogures actúan de manera saciante. "Siempre se ha dicho que los ácidos grasos saturados son una parte mala de la grasa, pero parece ser que el yogur tiene unos ácidos grasos, que se denominan trans-palmitoleato, con mejores propiedades que otros alimentos".

La doctora insistió en que la leche actúa favorablemente en muchos aspectos, y que las creencias de que se debería dejar de tomar una cierta edad son "un poco erróneas". Lo afirmó tras informar de que el consumo de leche ha disminuido en España y también en toda Europa.

"La leche no se puede comparar con otros líquidos vegetales como de soja o avena. Esta sustancia, junto a sus derivados, conforman alimentos extraordinarios con una alta densidad nutricional, y con muchos nutrientes interesantes aparte de vitaminas y minerales, que no tienen otros alimentos y esto todo en un pack de escaso contenido calórico", explicó. "Además tiene un calcio altamente biodisponible, es decir, que el cuerpo lo absorbe estupendamente. También tiene unas vitaminas liposolubles, como la A, la D y del grupo B, la B2, la B3 y B12. Insistió asimismo en el hecho de que si a la persona le sienta mal la leche o no le gusta, "siempre puede tomar otros productos lácteos, como el yogur o el queso". Sin embargo, advierte de que el queso, a pesar de que comparte gran parte de sus propiedades, cuanto más curado, mayor contenido en grasa y ojo con el contenido en sal.

Incluso la intolerancia a la lactosa puede ser combatida con los yogures. "Hemos visto que aunque tengan lactosa, su consumo hace que el intolerante produzcas menos hidrógeno espigado, que es lo que les da el dolor abdominal después del consumo de los lácteos", explicó la doctora. De hecho, afirmó que "a las personas intolerantes a la lactosa, los yogures le van a atenuar e incluso a mejorar los síntomas de la intolerancia". El yogur ha conseguido también que se investigue sobre sus posibles beneficios para la prevención del cáncer de colon. Tiene que ver con la dieta que se utiliza para prevenir este tipo de enfermedad, y que consiste en el consumo de fibras, frutas y verduras. En esta línea, el yogur puede afectar de tal manera en la microbiota que podría prevenir la aparición de este cáncer.