Los carteros del equipo de Finlandia han revalidado hoy la medalla de oro en la final de la IV edición del IPC Drive, una competición internacional de conducción eficiente disputada por ocho países, en la que dos trabajadores de Correos en Gran Canaria han terminado en sexta posición. En segundo lugar ha quedado el equipo de operadores postales de Bélgica y en tercer puesto, Irlanda.

Durante la final, celebrada esta mañana en el circuito belga de Fórmula 1 de Spa-Francorchamps, el más importante del país, carteros de Irlanda, Bélgica, Portugal, Holanda, Noruega, Finlandia, España y un combinado formado por Dinamarca y Suecia han participado en numerosas pruebas de destreza para alzarse con el título.

El equipo español formado por los carteros de las Palmas de Gran Canaria, Orlando y Yerai Castellano Lantigua (grupo Correos), han terminado en sexta posición.

Durante la ceremonia de entrega de trofeos, los organizadores del IPC Drive han destacado que esta competición sirve para reforzar la idea de que la conducción eficiente y ecológica es posible en el mundo de los trabajadores postales.

Las pruebas, realizadas alternativamente por los dos miembros del equipo, han constado de un test teórico sobre sostenibilidad, funcionamiento del coche postal, un test de conducción ecológica y otro de habilidad al volante.

El primer examen al que fueron sometidos, por turnos, todos los trabajadores postales ha sido el denominado "Car Check"o control del coche, una prueba con distintos apartados en la que los carteros han tenido que verificar que el coche estaba preparado para ser utilizado.

Aunque no era una prueba difícil, había que controlar el correcto funcionamiento de las luces, la presión de los neumáticos, los limpiaparabrisas, la calefacción del coche o los niveles de líquidos (aceite y agua).

Además dentro de este test de control del automóvil, los carteros han tenido que cambiar una rueda en menos de 10 minutos, rellenar un parte europeo de accidente de tráfico y controlar el peso de los productos postales (cartas, periódicos, tubos) que el cartero debe portar en una moto para que no ponga en riesgo su seguridad.

La segunda prueba, agilidad, ha puesto de manifiesto la destreza de cada conductor en maniobras a través de prácticas de conducción entre conos (hacia delante y hacia atrás), entre zonas estrechas y en zigzag, en entradas y salidas en zonas habilitadas como garaje y en curvas muy pronunciadas.

Por último, la tercera y última prueba ha consistido en la conducción ecológica durante aproximadamente unos 40 kilómetros por el circuito (dos vueltas cada conductor) y una salida a la vía pública respetando las señalizaciones mientras distribuían 15 periódicos en sus buzones correspondientes.

Para Ronny Van Schoor, miembro organizador del IPC, la prueba más fácil de la competición es, términos generales, el control del coche: es una práctica habitual y cotidiana entre los trabajadores postales, mientras que la más difícil, la conducción ecológica, necesita de un mayor dominio.

A su juicio, en esta última hay que encontrar un equilibrio entre velocidad y revoluciones del motor porque para conducir de manera sostenible es conveniente que el motor no sobrepase las 2.000 revoluciones.

"El cartero, independientemente de su lugar de origen, tiene que cambiar de costumbres y trabajar no rápido, sino de manera segura y ecológica", ha destacado.

Esta ha sido la cuarta edición de la prueba, organizada por la International Post Corporation (IPC), una entidad que reúne a 24 servicios postales de Europa, Asia y América del Norte y a casi 2 millones de carteros.