Científicos suizos dedicadoos a soluciones de transporte futuristas para centros urbanos sin automóviles han propuesto una red de pasarelas móviles aceleradas para peatones.

Las primeras pasarelas móviles fueron vistas en Chicago en 1893, y siete años más tarde fueron utilizadas en la Exposición Mundial de París. Desde entonces, la idea reaparece periódicamente en los libros de ciencia ficción, pero también en la mente de los ingenieros de transporte y urbanistas en busca de soluciones de transporte ecológicas. Ahora, investigadores de Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL) han analizado la viabilidad de pasarelas de movimiento rápido en un entorno urbano. Sus resultados son alentadores.

Su tarea consistió en imaginar un mundo -o una ciudad- sin autos privados en los que se pudiera reutilizar el espacio diseñado para el uso del automóvil. Las necesidades de transporte individual se cumplirían mediante una combinación de métodos convencionales (autobuses, metros, tranvías, taxis, bicicletas, etc.) o mediante métodos más innovadores como la bicicleta o el coche compartido o los teleféricos urbanos.

Con esto en mente, el Laboratorio de Transporte y Movilidad del EPFL estudió la posibilidad de acelerar las pasarelas móviles, que pueden ir hasta a 15 kilómetros por hora, para ver si podrían competir con otros medios de transporte.

"15 por hora está alrededor de la velocidad media a la que la gente viaja a través de la mayoría de las grandes ciudades durante la hora punta", dijo Riccardo Scarinci, autor principal del artículo que será publicado en la Revista Europea de Investigación de Transporte e Infraestructura.

Los investigadores del Laboratorio de Transporte y Movilidad se centraron en la viabilidad de una red de pasarelas móviles. Se intentó llegar a un diseño óptimo teniendo en cuenta la red de carreteras, la demanda, la velocidad necesaria para hacer competitivo el sistema, el consumo de energía y las limitaciones operativas y presupuestarias.

Los investigadores utilizaron datos reales de Ginebra para desarrollar su modelo matemático. Exploraron diversas configuraciones de los siguientes factores: velocidad, aceleración, longitud y ancho, sin mencionar intersecciones y puntos de entrada y salida.

Ellos optimizaron su red analizando de cerca los viajes diarios de la gente en Ginebra - de principio a fin - a lo largo de rutas principales, secundarias y terciarias. La red ideal que desarrollan comienza con un pequeño anillo alrededor de un centro urbano sin automóviles y se extiende a lo largo de rutas primarias en 47 diferentes enlaces equipados con 10 accesos para una longitud total de 32 kilómetros. Hay 37 intersecciones donde se establecerían puentes o pasos inferiores.

Las pasarelas móviles ofrecen dos ventajas. En primer lugar, son más estrechas que las carreteras: miden 1,20 metros de ancho frente a 2,5 a 3,5 metros para una carretera. Esto significa que una carretera es lo suficientemente ancha como para mantener pasillos móviles en ambas direcciones, dejando espacio para otros medios de transporte. En términos de volumen, una pasarela móvil puede manejar 7.000 pasajeros por hora, mientras que una carretera puede acomodar entre 750 y 1.800 vehículos.

La cuestión del costo es, por supuesto, fundamental. Las pasarelas móviles consumen menos energía que los autobuses, que son el método de transporte más económico. "Debido a que son totalmente eléctricas, las pasarelas móviles representan un sistema de transporte sostenible y ecológico", según los autores. Y su costo de operación es similar al de los autobuses. "El principal inconveniente es el costo de la construcción, tanto icomo construir una nueva línea de tranvía", dice Scarinci. "Pero el costo podría caer un poco si el sistema estuviera instalado a gran escala, por eso una red de pasarelas sólo tiene sentido en las ciudades densas y congestionadas".

"No hemos llegado a una solución llave en mano", dice Michel Bierlaire, director del Laboratorio de Transporte y Movilidad. "Pero este estudio demuestra que el concepto es creíble y que es concebible una ciudad centrada en los peatones y sin automóviles, un punto de partida útil para que los urbanistas evalúen la viabilidad de acelerar las pasarelas móviles".