El director ejecutivo de ONU Ambiente, Erik Solheim, llamó hoy a actuar "más rápido y mejor" para proteger la biodiversidad del planeta y a reconocer la deuda con las comunidades indígenas en materia de conservación.

El objetivo de la Conferencia de las Partes del Convenio sobre Diversidad Biológica (COP13) que comenzó hoy en Cancún, en el Caribe mexicano, es proteger a la madre tierra y prevenir la destrucción de especies como elefantes, tigres, orangutanes, jaguares o águilas.

"Tenemos que levantarnos y protegerlos, proteger el planeta", afirmó el noruego en una entrevista en el marco de la reunión de alto nivel en la que participan más de 120 titulares de Medio Ambiente y de las carteras agrícola, forestal, pesquera y turística.

Solheim reconoció que hay importantes avances en la creación de áreas naturales protegidas en el planeta, pero destacó la necesidad de acelerar el paso y mejorar las acciones.

"Es una llamada a la economía global porque los ecosistemas y la naturaleza son la base de todas las actividades económicas", afirmó.

A nivel de conservación, citó entre los principales retos los arrecifes de coral, "uno de los ecosistemas más importantes de la naturaleza", que se han resentido del impacto directo de la contaminación y que se refleja en fenómenos como el blanqueamiento.

"Tenemos un inmenso desafío en el arrecife de coral, tal vez porque son menos visibles y están debajo del agua no se le había dado la importancia que tienen, pero es un ecosistema muy afectado", alertó.

"Los arrecifes de coral tienen un gran impacto en la economía y en el turismo", afirmó, tras destacar que el valor económico de estos "cada año es igual a la producción de naciones como Tailandia o Nigeria".

Entre los casos exitosos, el director de ONU Ambiente mencionó el de Brasil, que ha logrado detener la deforestación de la Amazonía en un 80 %.

"Es un éxito tremendo para detener el cambio climático y estamos seguros que países como Colombia, Ecuador y Perú harán lo mismo", afirmó.

También aludió a Costa Rica, un país que aumentó la cobertura forestal en más de un 25 % en la década de los 90 y ahora supera el 50 %, lo que ha permitido desarrollar aún más el ecoturismo.

Solheim destacó que se debe modificar a nivel global la socialización de los costes ambientales, pues mientras los beneficios de la explotación de los recursos naturales son privatizados, los costes son socializados y se extienden a varias generaciones.

"Una compañía puede obtener beneficios, pero los costes los cubren quienes pagan impuestos y la siguiente generación, esto tenemos que cambiarlo", declaró.

El titular de ONU Ambiente destacó que el mundo está en deuda con las comunidades indígenas en materia de conservación de especies animales y vegetales.

Ellos "protegieron plantas y animales de los que nos beneficiamos ahora; por ejemplo el aguacate, el tomate, el maíz, todas estas plantas desarrolladas por los pueblos indígenas de México", mencionó.

"Los pueblos indígenas han mantenido los ecosistemas, el camino ahora es proteger la vida y la situación que viven, al mismo tiempo que ayudarlos a lograr un desarrollo económico rápido; el turismo es uno de los sectores que puede beneficiar de la mejor manera a ambos", puntualizó.

Bajo el lema "Integrando la Biodiversidad al Bienestar", un centenar de ministros analizarán hasta este sábado cómo integrar la diversidad biológica en sus actividades y alinear sus políticas, programas y planes con las del área medioambiental.

Revisarán los progresos realizados en la aplicación del Plan Estratégico para la Diversidad Biológica 2011-2020 y el cumplimiento de las metas mundiales de biodiversidad de Aichi (Japón), además de identificar acciones para cumplir con los objetivos a nivel nacional.

En la inauguración de los trabajos del sector de alto nivel, el secretario mexicano de Medio Ambiente, Rafael Pacchiano, dijo que del encuentro saldrá una declaración ministerial que guiará las negociaciones de la Conferencia de las Partes, que empieza el domingo y concluye el 17 de diciembre.

Hoy, los ministros expusieron experiencias como la de Etiopía en el desarrollo de bancos de semillas y restauración de ecosistemas degradados -donde se pasó de una cobertura forestal del 4 al 15 %- o la estrategia emprendida en Nueva Zelanda para liberar al país de las plagas en 2050.

Por otra parte, el biólogo mexicano José Sarukhán, la ecologista hondureña Berta Cáceres, asesinada en marzo pasado, el indio Afroz Shah, el presidente ruandés Paul Kagame, la estadounidense Leyla Acaroglu y Masen, la agencia marroquí de energía sostenible, obtuvieron hoy el premio Campeones de la Tierra, el galardón ambiental más importante de Naciones Unidas.