Portugal rinde culto a la región vitivinícola más antigua del mundo, el "Douro Vinhateiro", que, tras quince años como Patrimonio de la Humanidad, ha supuesto una fuente de ingresos muy importante para todo el país, basada en el vino como motor turístico y agrícola, al abrigo del río Duero.

En este 14 de diciembre de 2016 se cumplen quince años desde que el Douro Vinhateiro fuera declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, distinción muy celebrada entonces en Portugal.

La zona clasificada como tal, situada en el norte portugués -cerca de la zona española del Parque Natural Arribes-, se encuentra en el distrito de Vila Real y abarca una superficie de 24.600 hectáreas sobre trece comarcas.

El reclamo turístico se centra en las abruptas laderas por las que irrumpe el río Duero camino hacia el mar, en Oporto, en las que se pueden contemplar, dispuestas en bancales, miles de viñas de las que cada septiembre se extrae el vino para elaborar el afamado caldo dulce de "Porto" y el distinguido vino de la Denominación de Origen "Douro".

La idea originaria se fraguó a mediados del siglo XVIII, cuando el Marqués de Pombal decidió proteger la zona donde se elaboraba el mejor vino del país luso.

De esta manera, el 10 de septiembre de 1756 delimitó, con el uso de 333 mojones, el Douro Vinhateiro.

Este hito posibilitó que la UNESCO aprobara la candidatura portuguesa, anunciada el 14 de diciembre de 2001 y que ha supuesto la inversión de muchos millones de euros en todo tipo de actividades relacionadas con la producción del vino, su cultura, la hostelería y el turismo.

En todos estos años, la institución de Desarrollo de la Región Norte de Portugal ha validado inversiones de 1.650 millones de euros, que han logrado subvenciones de más de mil millones de euros provenientes de fondos de la Unión Europea (UE).

Sin embargo, esta región Patrimonio de la Humanidad basa su riqueza económica en sus vinos de mesa que se comercializan bajo la Denominación de Origen "Douro".

Cada año, las 926 empresas portuguesas que trabajan en torno a la Denominación de Origen, entre productores, embotelladores y comercializadoras, generan un volumen que ronda los 500 millones de euros.

Esto supone una producción media anual de 115 millones de litros de vino "Douro", donde los principales exportadores son Francia (21 millones de litros anuales), Holanda (11 millones) y Bélgica (9,3).

Este vino también viaja a América, sobre todo a Brasil (2,1 millones), Estados Unidos (4,8) y Canadá (3,2).

Los mayores consumidores de esta denominación son los propios portugueses, con 37 millones de litros anuales, y en España se llega a beber una media de un millón de litros.

Empresarios pudientes de Europa también han apostado por esta región, sobre todo con la compra de bodegas que han convertido en centros de "enoturismo" donde los visitantes pueden comprobar un entorno natural muy singular.

Además, uno de los iconos portugueses en el extranjero, el vino de "Porto" -con una producción anual superior a los 3 millones de litros-, también nace en esta región del Duero luso.

Antaño, sus agricultores lo llamaban vino generoso, aunque, debido a que se elaboraba en Oporto, se comercializó con el nombre de esta ciudad.

En el día de hoy, numerosas personalidades de Portugal, entre ellas el primer ministro, Antonio Costa, se han dado cita en la ciudad de Vila Real, referente del distrito del Douro Vinhateiro, para analizar los exitosos proyectos que se han fraguado durante estos quince años y el futuro de esta zona, que ya es uno de los motores turísticos portugueses.

Cada año, miles de turistas extranjeros deciden surcar el Duero en crucero, desde Barca D''Alva (frontera con España) hasta su desembocadura en Oporto, para contemplar todo el entorno natural presidido por viñas centenarias.