El primer uso medicinal que se recuerda para el que se empleó el cannabis se remonta hasta hace 500 años. O eso dicen, a partir del momento en que un botánico de origen chino lo recetó para enfrentarlo a enfermedades tan variopintas como la malaria, el beriberi, los dolores reumáticos, el estreñimiento, la ausencia de concentración, así como a diversas dolencias del género femenino.

Ya a comienzos de los años 90, el uso de la marihuana terapéutica se popularizó en Occidente, y en la actualidad, incluso puede adquirirse en algunas farmacias a partir de receta. No obstante, teniendo en cuenta tanto el precio como sus posibilidades limitadas en cuanto a disponibilidad (en la parcela médica), un gran número de clientes se decantan por los autocultivos, por cultivar esta planta ellos mismos. Es posible comprar todo tipo de productos vinculados con el cannabis por internet, pero especialmente con la venta de semillas feminizadas de cannabis como aquí.

El tipo más recomendado dependerá de la patología presentada por cada paciente. Al parecer, el cannabis medicinal con un gran contenido de CBD es muy eficaz siendo inhalado, ya que contribuye al alivio de espasmos y dolores para pacientes que presentan esclerosis múltiple.

Por otra parte, el cannabis con alto contenido en THC es aconsejable para enfermedades como el síndrome de Tourette. En esta tesitura, el cannabis procede de las flores secas de las plantas de marihuana hembras. Los pacientes que recurren a este tipo suelen inhalarla a partir de un vaporizador que inhibe el consumo de algunas de las sustancias más nocivas.

La marihuana terapéutica puede ayudar para aliviar molestias en las siguientes tipologías:

  • Dolor: más que un analgésico, es un relajante que permite al paciente afrontar de una forma más optimista el dolor. El dolor anestesiado puede llegar a ser peligroso, por lo que es recomendable tratar de descubrir su detonante principal.
  • Mala circulación: la circulación de la sangre se ve optimizada, igual que el instinto para conservar el calor corporal.
  • Tensión muscular: los músculos pierden tensión, ya que el cuerpo del paciente tiende a relajarse. Por ejemplo, calma los músculos involucrados en la respiración para pacientes con dolencias de bronquios, o los músculos de la vejiga para personas que sufren problemas de incontinencia.
  • Quimioterapia: contribuye a paliar las nauseas provocadas por este agresivo tratamiento. El mareo disminuye, y el paciente tiene la posibilidad de ingerir medicamentos con más facilidad e incluso puede comer mejor. La marihuana estimula el apetito en general.
  • Espasmos: pueden verse reducidos y, por lo tanto, ofrecer un mejor sueño a la persona afectada. Hacemos referencia a espasmos musculares que ocurren asiduamente cuando el individuo se encuentra en la cama, dificultando de sobremanera su sueño y descanso.
  • Relajación: el cannabis presenta un alto componente relajante, y permite al enfermo olvidar por momentos su problema, relajándose más.

Así, tendrá más fuerzas para seguir con entereza su vida y relacionarse mejor socialmente, estableciendo vínculos con otras personas.

Esperamos haberles informado sobre algunos beneficios de la aplicación de marihuana terapéutica en pacientes afectados con dolencias de distintas índoles.