El pleno del Congreso convalidó ayer el real decreto-ley que deja sin efectos académicos temporalmente las evaluaciones finales de ESO y Bachillerato con el apoyo de PP, PSOE y Ciudadanos, la abstención de Unidos Podemos y el voto en contra de las minorías de nacionalistas e independentistas.

La Cámara Baja respaldó esta reforma de la LOMCE, defendida por el ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, por 250 votos a favor (más dos telemáticos), 18 en contra y 67 abstenciones.

Este real decreto-ley, aprobado el pasado 9 de diciembre por el Consejo de Ministros y que entró en vigor el día 11, fija que la evaluación de cuarto de la ESO sea muestral y la de Bachillerato, que solo hará el alumno que quiera ir a la Universidad, será muy similar a la Selectividad.

"El Gobierno quiere aprovechar este momento para llegar por vez primera a un pacto", resaltó Méndez de Vigo, que abogó por "prestar atención a toda la comunidad educativa" y luchar por una educación "equitativa e inclusiva".

El objetivo en esta Legislatura, añadió, es lograr "una ley educativa duradera, que no confronte y garantice la igualdad de oportunidades", ha añadido.

Sandra Moneo (PP) se felicitó por la convalidación y destacó el cambio de posición de algunos partidos, como el PSOE, pues varió "de un ''no'' a una propuesta de pacto y diálogo". Asimismo, defendió la "cultura de la evaluación" y la necesidad de recuperar un nivel educativo común para todos los alumnos.

José Juan Díaz (PSOE) dijo que este decreto saca las "reválidas" del blanco y negro, en alusión a épocas pasadas, pero el cambio debería haberse producido hace tres años.