La pobreza de las familias con menos recursos económicos y menor nivel educativo impacta en el funcionamiento del cerebro de los bebés, con un funcionamiento más inmaduro y una menor capacidad para detectar errores, según un estudio liderado por la Universidad de Granada (UGR).

En la investigación participaron un total de 88 bebés de 16 meses, quienes debían observar cómo se completaban una serie de puzzles simples con los que previamente habían sido familiarizados, ha informó ayer la universidad.

Los investigadores midieron la respuesta de su cerebro mediante un electroencefalograma de alta densidad, tanto cuando los puzzles eran completados correctamente como cuando eran completados erróneamente, por ejemplo, al unir las patas y cuerpo de un pollo con la cabeza de un elefante.

La directora de este trabajo, Charo Rueda, del departamento de Psicología Experimental, explica que la respuesta cerebral ante la observación de errores está bien caracterizada en adultos, y es una excelente medida del sistema cerebral relacionado con la atención y el aprendizaje.

El estudio muestra que la reacción del cerebro de los bebés de 16 meses es muy similar a la de los adultos en la misma tarea, lo que permite medir la eficacia del sistema cerebral atencional en niños pre-verbales. "Esto es importante porque este protocolo nos puede servir para detectar precozmente riesgo en el desarrollo de problemas de atención", apunta Rueda.

Además, el estudio, por primera vez establece una relación entre el estatus socio-económico de la familia de crianza y el rendimiento del cerebro de los bebés en la detección de errores.

Esto es importante ya que muestra que el ambiente de crianza, la pobreza educativa y de recursos, impacta en el funcionamiento del cerebro de los niños desde bien temprano. Los resultados indican que el cerebro de bebés criados en familias de padres con menor nivel educativo y de recursos muestra un funcionamiento más inmaduro. "Este dato pone de manifiesto el impacto que la pobreza puede tener en el desarrollo del cerebro desde bien temprano y de la necesidad de paliar las desigualdades", zanja.

Investigación sobre niños hiperactivos

Por otro lado, una investigación internacional ha demostrado que los niños hiperactivos y con déficit de atención sufren "un trastorno cerebral" producto de la lentitud en el crecimiento neuronal. El estudio, publicado en Holanda, pide poner fin al estigma tradicional de "mala educación" para explicar el comportamiento de esos pequeños. "Hay una base neurobiológica que explica el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). Los padres deben tenerlo claro y aprender a lidiar con sus hijos", explica Marcel Wortel, del hospital universitario de Nijmegen, que dirigió esta investigación. Hay cinco regiones visibles en el cerebro que muestra una lentitud en el crecimiento neuronal en las personas con TDAH, lo que no ocurre con los que no lo sufren. Uno de los trastornos más evidentes está en la parte del cerebro involucrada en el control de la emoción y la cognición.