Cientos de jóvenes asistieron ayer a la primera jornada del Salón Internacional del Estudiante y de la Oferta Educativa (AULA), para conocer la oferta formativa más variada, pasar un buen rato con los amigos y llevarse algún que otro obsequio de recuerdo.

"A ver, ¿dónde decías que daban las camisetas?", preguntaba intrigada una adolescente a su compañera, que ya llevaba el "trofeo" en la mano, mientras que otros muchachos ya se habían hecho con mochilas de cuerdas.

Las universidades públicas, concentradas a la puerta del pabellón 12, han sido las más concurridas. Y los puestos más grandes y coloridos son los que llamaban más la atención, como un conjunto de universidades británicas, ambientado con música, donde no se paraba de regalar sombreros y pegatinas.

Las casetas de idiomas, con los clásicos cursos de inglés en el extranjero, también ofrecían otros como alemán, francés y chino, incluso el coreano.

"Cada vez que subes de curso, tienes más dudas", comentaba Pedro, que quiere estudiar un doble grado de Matemáticas e Informática, aunque, si no le llega la nota, se conformará con matricularse solo en una de ellas.

Algunos no esperaban a las explicaciones de los cientos de voluntarios de las distintos centros de enseñanza, sino que se lo consultaban a sus amigos. "No puedes estudiar abogacía, tienes que hacer primero cuatro años de Derecho y luego ya te especializas", informaba un joven a su acompañante.

Algo menos concurridas estaban otras casetas, como la de la Escuela de Escritores o una de dirección hotelera, posiblemente porque los jóvenes no conseguían allí ningún artículo promocional.

Por eso, no podían competir con una "bola saltarina" que regalaba el Instituto Europeo de Diseño, que también sorteaba un abono para un festival de música entre quienes quisieran participar con sus datos personales.

"No hace falta ni que rellenes los papeles, simplemente metes la mano, coges una bola y te la llevas", decía Miguel, un muchacho de 4º de la ESO que ha venido con sus compañeros a "pasarlo bien" y a aprovechar que, con la excursión, se saltan las clases.