La música clásica, al igual que la música barroca –a la que se puede acceder desde aquí http://musica-barroca.com/, es considerada como uno de los géneros más pulcros y profundos de todo el arte musical.

Dicho de otro modo, se dice que las composiciones clásicas de Beethoven, Mozart o Bach podrían tener aplicaciones en la psicología y las ciencias académicas debido a la profundidad y amplitud que alcanzan, logrando de esta manera llegar a rincones del cerebro donde otros géneros simplemente no pueden llegar.

Son muchas las investigaciones que comprueban este hecho. Y, en base a tales, se presentan algunas de las conclusiones sobre el uso o la relación de la música clásica y barroca con el desarrollo intelectual de las personas que la escuchan o la interpretan.

Escuchar música clásica reduce los niveles de estrés y ansiedad

Una de las ventajas de este tipo de melodías es que suelen buscar un fin mayor a nivel espiritual. Es por eso que las composiciones más célebres del género, puestas a prueba, han demostrado ser capaces por sí mismas de reducir los niveles de estrés y de ansiedad en las personas.

De este modo, su utilidad en el ámbito académico y laboral es incalculable, donde se necesita tener un enfoque preliminar bastante relajado antes de comenzar cualquier tarea o proyecto. Escuchar este tipo de canciones al iniciar el día puede ser una gran decisión.

Escuchar música clásica mejora las tormentas de ideas

Las sensaciones producidas por la música clásica pueden ser comparables a otros efectos sensoriales como los que produce el comer chocolate. Sin embargo, a diferencia del chocolate, la música clásica no provoca efectos adversos en la salud en caso de consumo diario.

Estos efectos sensoriales pasan por ambas mitades del cerebro, favoreciendo no sólo a la parte analítica sino también a la parte creativa.

Es por eso que muchas personas utilizan la música clásica antes de hacer exposiciones orales, presentar exámenes de asignaturas no puras, así como profesionales creativos como escritores le utilizan para mejorar el desenvolvimiento y la inspiración.

Interpretar música clásica está asociado a la facilidad para aprender idiomas

El aprendizaje de un idioma nuevo es la asignatura pendiente de un gran porcentaje de la población. Por un motivo u otro, esta asignatura se va postergando una y otra vez.

Científicos norteamericanos asocian a la interpretación de música clásica, por ende a sus instrumentos, con una predilección y facilidad a aprender idiomas.

Por tanto, escuchar y comenzar a ensayar este tipo de canciones podría ser el paso inicial que realmente necesita para aprender una nueva lengua, desde el francés o el inglés hasta el japonés o el mandarín.

A esta facilidad para aprender nuevas cosas teniendo como causante a la música clásica se le suele denominar “efecto Mozart”. A pesar de ello, la teoría suele tener detractores y seguidores a partes iguales.

Interpretar música clásica enseña disciplina y concentración

A las personas que tienen hiperactividad, o que se les ha diagnosticado con tal, la música clásica puede ser uno de los métodos terapéuticos más efectivos.

Además del Parkinson o el Alzheimer, el uso de la música clásica en la hiperactividad ha demostrado ser igual de efectivo. Es por ello que la interpretación de instrumentos y composiciones clásicas mejora rotundamente la concentración y la disciplina en personas con este trastorno psicológico.

La concentración, como bien es sabido, es una de las cualidades que mejor definen a las personas con altas capacidades de retención y aprendizaje, por lo que se recomienda que en la lista de reproducción favorita se incluyan algunas pistas de música clásica.