Las injusticias hay que pelearlas. Alumnos, docentes y familias se unieron ayer en la primera huelga conjunta en cuatro años convocada en todo el país para dar "el último o el penúltimo empujoncito" a la Lomce y conseguir que el Gobierno central derogue la normativa, a la que desde hace años se opone la inmensa mayoría de la comunidad educativa. El encarecimiento de los estudios universitarios, la reducción de becas y los recortes que ha sufrido el sistema fueron las principales razones que sacaron ayer a jóvenes y adultos de las aulas. La mayoría sigue manteniendo la esperanza de que la presión tenga efecto.

Los profesores de las universidades canarias, especialmente los de La Laguna (ULL), fueron los que más ejemplo dieron. El 86% del personal de la ULL no acudió a su puesto de trabajo. Tampoco la mayoría de alumnos de facultades e institutos (cerca del 70%). Sin embargo, los docentes de colegios e institutos apenas respondieron al llamamiento (14%).

Una de las novedades de la jornada fue protagonizada por los adolescentes, que en esta ocasión quisieron tener más protagonismo que de costumbre y programaron su propia protesta en horario matutino. Un centenar de chicos de Santa Cruz de Tenerife partió del CIFP César Manrique, en Ofra, rumbo al IES Chapatal, cerca de la rambla, en compañía de algunos profesores y representantes sindicales. Durante el trayecto hicieron escala en varios institutos, en los que invitaron a los profesores y alumnos que estaban dentro a sumarse.

Ana Boullón fue una de las personas que acudieron a la cita con los alumnos. Esta maestra de Infantil del CEIP Montaña Pelada, un centro que se puso en marcha en 2010, hizo todo el camino empujando el carrito de su hija. En los últimos cinco años ha notado un deterioro considerable de la educación pública. No se reponen las bajas, en las clases hay demasiados niños y los centros no tienen recursos, denuncia. Cuenta que su colegio lleva años sin contar con presupuesto para renovar el material con el que juegan y aprenden los menores. Intentan reciclar lo que tienen, pero en ocasiones los padres acaban haciendo aportaciones económicas para adquirir material. El curso pasado, el centro empezó sin disponer del mobiliario suficiente para atender nuevos grupos.

En estas circunstancias de recortes presupuestarios y de derechos, Eusebio Dorta, presidente de la Federación de Asociaciones de Padres (Fitapa), lamentó la escasa respuesta de los docentes al apoyo solicitado desde el alumnado.

La protesta también tuvo turno de tarde. Unas 500 personas salieron desde la plaza Weyler y recorrieron el centro de la capital clamando por un sistema inclusivo. Aunque el malestar general ha conseguido que se modifiquen algunos aspectos de la ley, docentes y alumnos insisten en que deben continuar luchando para tumbar toda la norma. La paralización de la ley, conseguida en el Congreso, ha sido recurrida ante el Constitucional por el Gobierno. Así y todo, sindicalistas y alumnos aún confiaban ayer en que el sentimiento general acabe imponiéndose.

La huelga educativa de ayer para protestar contra la Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (Lomce) y los recortes fue un "éxito" para los convocantes (Ceapa, STEC, CCOO UGT, MRP, CGT, Faest, Frente de Estudiantes, Sindicato de Estudiantes y Estudiantes en Movimiento) mientras que para el Ministerio de Educación tuvo una "incidencia mínima", en palabras del titular del ramo, Iñigo Méndez de Vigo.

La tercera huelga general educativa en la que participan padres, alumnos y profesores desde que gobierna el PP -en este caso, desde Infantil hasta la Universidad- registró datos desiguales de seguimiento entre los aportados desde el Ministerio y las consejerías de Educación y los facilitados por los sindicatos, informa Europa Press.

La Central Sindical Independiente y de funcionarios (CSIF) no secundó los paros porque "en estos momentos hay un proceso de negociación abierto con el Ministerio de Educación para la recuperación de condiciones laborales y mejora del sistema educativo". Desde el Sindicato de Estudiantes, su secretaria general, Ana García, aseguró en la marcha de Madrid de ayer que la jornada de huelga se podía calificar de "histórica", con datos de seguimiento por encima del "90%" en Andalucía, Comunidad de Madrid, Comunidad Valenciana y Cataluña.

Por su parte, la Plataforma Estatal por la Escuela Pública -integrada por sindicatos, organizaciones de padres y de alumnos- situó la participación del profesorado en el 65% y la del alumnado y sus familias en el 85%.

En cualquier caso, los convocantes destacaron el seguimiento alcanzado en las enseñanzas medias -ESO, FP y Bachillerato- y en la Universidad. Por el contrario, el ministro de Educación, Cultura y Deporte, Iñigo Méndez de Vigo, afirmó que la huelga ha tenido una incidencia "mínima" debido, a su juicio, a que "no existen razones objetivas en estos momentos" para un paro de estas características.

En Madrid, cientos de estudiantes -10.000, según el Sindicato de Estudiantes y 1.000, según la Delegación del Gobierno en Madrid- protestaron contra el "decreto 3+2". En Barcelona, las protestas congregaron a 7.500 personas, según el Ayuntamiento de Barcelona.

"Queremos reactivar la movilización estudiantil"

El presidente del Frente Estudiantil, Pablo Arozamena, cree que es fundamental recuperar el espíritu reivindicativo de otros tiempos. Esa es la labor que se ha marcado la organización, fruto de la unión entre varias organizaciones, formada en 2015. "Creemos que hay que hacer un trabajo de base constante, defendiendo las necesidades de cada centro", explica. Además, el Frente le planta batalla al decreto del 3+2, las prácticas no remuneradas, los recortes o el coste del transporte para estudiantes.

La Consejería incumple A pesar de que la convocatoria era a nivel nacional, las organizaciones sindicales presentes en la protesta criticaron que la Consejería de Educación no haya puesto en marcha muchas de las medidas prometidas. Gerardo Pérez, del STEC, lamentó que el calendario de negociación pactado a principios de legislatura, que incluye la mejora retributiva, esté lejos de cumplirse. José Ramón Barroso, de CCOO, aplaudió que docentes y estudiantes hayan vuelto a sumar fuerzas por "unos objetivos comunes". Ambos confiaron en que estos sean "los últimos coletazos de la Lomce". Ernesto Perera, de Insucan, se quejó de que Educación asegure que está en contra de la ley mientras la cumple "fielmente".