Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística sobre Presupuesto Familiar (2016), cada hogar español destinó 1.396 euros de media a comprar ropa y complementos. O lo que es lo mismo, la moda se ha convertido en la séptima partida presupuestaria para las familias españolas, por detrás de la alimentación, que ocupa el primer lugar, y los transportes, que se cuelan en segunda posición.

¿Y a nivel europeo? El consumo español en la industria textil está muy próximo al británico, que se cifra en el 6 por ciento (España destina un 5,1 por ciento). En el otro extremo, Polonia se encuentra a la cola de la demanda de productos de moda.

Una radiografía de la moda como motor económico

Diferencias de género

¿Es cierto el mito/creencia popular de que las mujeres gastan más que los hombres en ropa y complementos? Tal y como publica la Escuela de Administración de Empresas (EAE), las mujeres compran ropa y calzado por valor 577 euros al año de media, frente a los escasos 351 euros en los que se sitúan la media de la demanda masculina.

La motivación de la compra también es cuestión de género, según apuntan ambas fuentes. Por una parte, el hombre se mueve sobre todo por la necesidad puntual. Para ellos, las temporadas que marcan las empresas del sector y el marketing tienen menos efecto. Si lo necesitan, lo compran. Pero no se dejan llevar por impulsos como apuntan en el caso de las féminas.

En lo que ambos géneros coinciden, y mucho, es en el factor precio como uno de los estímulos para la compra. Ello quizás explique la expansión de numerosas cadenas físicas y tienda online lowcost de calidad como A&B Shop, especializada en la venta de ropa igual para padres e hijos a precios competitivos.

Para ellas, también la moda lowcost es una opción a la hora de ir de compras sin torturar la cuenta corriente. Así, marketplaces como AliExpress (más generalistas) o algunos más especializados en el área, son algunas de las páginas web con más búsqueda sobre ropa lowcost para mujer. Tal es el grado de penetración de esta tendencia en el universo femenino, que empresas como que una marca de moda muy barata como Sheinside, aquí se hace referencia a ella, ha aumentado exponencialmente su facturación.

La pubertad, un gran negocio

Si el gasto en moda es una cuestión de sexos, también parece serlo de edades. Así, mientras que los hombres de más de 65 años invierten poco o nada en nuevas prendas de vestir, el polo opuesto está copado por los jóvenes de entre 16 y 25 años. Los años de la pubertad y la primera juventud impulsan al sector.

Por otra parte, los niños son un auténtico foco de interés para las grandes marcas. No en vano, según pone de manifiesto la Encuesta sobre Presupuesto Familiar, cada hogar destina de media 534 euros al año por hijo. El crecimiento intenso en estos años es uno de los motivos principales para este notable gasto en moda de los hogares españoles.

En definitiva, el sector de la moda supone ya casi el 3% del PIB nacional. Y, ¿qué ocurre con el sector de la cosmética y el cuidado personal, tan ligados a la industria de la moda?

La Cosmética, un sector complemento para la moda

A pesar de ser dos sectores diferentes y diferenciados, el área de la cosmética y los productos y servicios para el cuidado personal se incluyen en el estudio del INE en el cajón de sastre de otros, que en su cómputo global se sitúa justo por encima de la moda, con el matiz de que engloba a muchos campos de consumo. De ahí que se pueda afirmas que consumimos más en moda, si bien belleza y cuidados conforman también un importante grueso, complementario, de aquélla.

De hecho, según los datos hechos público por la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética (Stanpa), el volumen de negocio del sector creció el año 2016 en más de un 3 por ciento, lo que supone un diferencial con los años previos de más de seis puntos porcentuales. En términos absolutos, entre consumo nacional y exportaciones, la industria de la cosmética y los perfumes generó unas ventas por valor de más de seis millones de euros.

Productos estrella

Más allá del importante papel de las exportaciones para el sector -suponen casi el 50% del total del volumen de negocio del año estudiado-, los asociados remarcan el peso de algunos productos y servicios que consideran como grandes impulsores.

Así, en el área de la cosmética pura, los expertos en el cuidado personal insisten en la tendencia emergente de las técnicas y productos con base de filosofía oriental. Uno de estos productos son las mascarillas coreanas. Empresas como Kocostar lleva años especializándose en los productos y tratamientos de cosmética de corea y se ha posicionado como uno de los grandes referentes actuales.

Y de la cosmética, a los productos de peluquería profesionales. Y es que estos han registrado un boom en la demanda de tintes de pelo para hacerse el cambio de color. Lo llamativo del área, es lo que empresas como Tintes Elumen relatan: el consumidor de hoy demanda productos de calidad de peluquería para autoteñirse en casa o llevarlo a la peluquería de confianza. Este sector se ha visto forzado a flexibilizar sus servicios ante una demanda cada vez mayor.

Público homogéneo

Por otra parte, el perfil de consumidor de cosmética, a diferencia de lo que hemos visto en el sector de la moda, sí que registra una mayor igualdad de género. De hecho, insisten desde las asociaciones de estética y cuidado personal, la tendencia actual que parece mantenerse en el tiempo, es una cada vez mayor demanda de los hombres frente a una estabilización en la demanda femenina.