Estibadoras de los puertos de Valencia, Castellón, Bilbao, Barcelona, Tarragona, Málaga, Sevilla, Cádiz y Las Palmas se reunieron ayer en Valencia para reivindicar su visibilidad tras "tres meses sufriendo las consecuencias de un paquete de odio vertido a la opinión pública desde el Gobierno", en referencia al conflicto iniciado con la liberalización del sector.

Con este encuentro, las trabajadoras tratan de "desmentir la falacia de que los estibadores son un colectivo machista y las mujeres no tienen cabida en él" y, así, "dar un paso al frente" y mostrar que se encuentran "perfectamente integradas en un colectivo heterogéneo, bien avenido y solidario".

"Somos parte de esta gran familia y estamos respetadas igual que cualquier otro miembro", han reivindicado bajo el manifiesto "Existimos", en el encuentro convocado por la Coordinadora Estatal de Trabajadores del Mar.

Las estibadoras han reconocido que la estiba, "como la mayor parte de los trabajos manuales que utilizan maquinaria pesada y requieren el uso de la fuerza", era tradicionalmente una labor masculina. En su opinión, esto "ha ido cambiando con el tiempo y, cada vez más, las mujeres participan en la carga y descarga de los barcos".

Como ejemplo, han indicado que la primera mujer estibadora se contrató en Valencia en 1998 y que desde 1995 había mujeres encargadas de labores de estiba como trabajadoras eventuales.

Sin embargo, las encargadas de cargar los buques han incidido en que "las titulaciones promovidas por el Gobierno para acceder al trabajo de la estiba las cursan entre un 90 y un 98 por ciento estudiantes masculinos".

Para revertir esta situación, apuestan por un certificado de profesionalidad que permita a "toda aquella persona que quiera ser estibador o estibadora desarrollar sus estudios específicos".