El astronauta italiano de la Agencia Espacial Europea (ESA) Luca Parmitano asegura en una entrevista que "tardaremos generaciones antes de poder construir colonias para vivir en el espacio" porque "aún no tenemos suficiente tecnología", pero afirma que "queremos hacerlo, sin duda".

Parmitano (Sicilia, 1976), que es teniente coronel de las Fuerzas Aéreas Italianas, ha venido a Barcelona, invitado por la Obra Social ''la Caixa'', para pronunciar hoy una conferencia en el CosmoCaixa, y ha dicho que está convencido de que habitar fuera de la Tierra "llegará en algún momento u otro", aunque "comportará mucho tiempo, mucha voluntad y un esfuerzo global".

"Si ahora ya se pudiera, no dudaría en ir a vivir al espacio. ÑMe llevaría conmigo a mi familia!", exclama el astronauta, que estuvo en una misión de seis meses en la Estación Espacial Internacional (ISS) en 2013 e hizo dos "paseos por el espacio" los días 9 y 16 de junio, unas fechas que recuerda con claridad.

"Los paseos por el espacio son difíciles de describir. Me engullieron, me sumergieron en todas las emociones posibles. La emoción, la tensión y la dificultad física que exige salir y moverse ... Cuando estás en órbita, la luz aparece y desaparece cada 45 minutos. Está todo oscuro, y de repente estalla la luz y los colores. Una vez lo ves, no lo puedes olvidar", describe Parmitano.

En una de estas actividades fuera de la estación, el astronauta, que tiene dos hijas, sufrió un grave accidente: "El casco se llenó de agua. No podía ver nada ni comunicarme. No sabía cuánto tiempo me quedaba, pero sabía que si no hacía nada moriría".

"Recuerdo que el tiempo iba más despacio y tenía la cabeza muy clara. Tuve miedo, hasta un cierto nivel. El miedo es muy importante para sobrevivir, estas reacciones son positivas. El peligro llega cuando dejas que el miedo se convierta en pánico", cuenta Parmitano, que consiguió volver a la estación a ciegas.

La estación espacial orbita a 400 kilómetros de distancia de la Tierra y tarda unos 90 minutos en dar la vuelta al planeta, y "su objetivo principal es la ciencia y la exploración", explica el astronauta, seleccionado por la ESA en 2009.

"Los astronautas nos convertimos en mecánicos, fontaneros, cocineros, científicos y pilotos en la estación", relata Parmitano, que trabajaba unas doce horas al día en diferentes tareas, sobre todo conduciendo experimentos, algunos de los cuales duran años.

Pero el piloto también reconoce que "los astronautas son un experimento en sí", puesto que "exploran los límites de las capacidades humanas de estar en el espacio" y cómo contrarrestar los efectos negativos: Parmitano se ejercitaba dos horas y media al día para que "los músculos y huesos no se degradaran".

El astronauta italiano prevé volver a la estación espacial en dos años y asegura que ya desea repetir la experiencia, "un privilegio único de deshacerse de algo que nos ha restringido y dado peso desde el día que nacimos: la gravedad".

Parmitano advierte que la mayoría de películas sobre el espacio "no son fieles a la realidad", como en el caso de los cascos, que en la ficción "los hacen mucho más grandes de lo que son porque quieren que se vean las caras de los actores famosos".

El piloto, que el próximo día 12 ofrecerá otra conferencia en el Planetario de Pamplona, también lamenta que "los niños de hoy en día quieren ser futbolistas" y recuerda que todos los de su generación "queríamos ser astronautas".