Advierte del "infierno" al que lleva una vida sin Dios

FÁTIMA (PORTUGAL), 13 (del enviado especial de EUROPA PRESS José Mª Navalpotro)

El Papa Francisco ha insistido en la Misa de canonización de los pastorcitos Francisco y Jacinta, en rezar con esperanza. "Él nos ha creado como una esperanza para los demás, una esperanza real y realizable en el estado de vida de cada uno -ha dicho-. El cielo activa aquí una auténtica y precisa movilización general contra esa indiferencia que nos enfría el corazón y agrava nuestra miopía. No queremos ser una esperanza abortada".

Asimismo, ha declarado que la Virgen "no vino aquí para que se la viera. "Para esto tendremos toda la eternidad, a condición de que vayamos al cielo, por supuesto. Vino a recordarnos la Luz de Dios que mora en nosotros", ha dicho.

El Papa ha centrado su homilía en la esperanza: "Tenemos una Madre. Aferrándonos a ella como hijos, vivamos de la esperanza que se apoya en Jesús".

En referencia a las apariciones de la Virgen en 1917, de las que este sábado 13 de mayo se cumple el primer centenario, ha recordado que ella, "advirtiendo sobre el peligro del infierno al que lleva una vida a menudo propuesta e impuesta sin Dios y que profana a Dios en sus criaturas, vino a recordar la Luz de Dios".

"Según el creer y el sentir de muchos peregrinos _por no decir de todos_, Fátima es sobre todo este manto de Luz que nos cubre, tanto aquí como en cualquier otra parte de la tierra, cuando nos refugiamos bajo la protección de la Virgen Madre", ha añadido.

El Santo Padre ha expresado su gratitud a los cientos de miles de personas que llenaban a rebosar la explanada del santuario, y calles cercanas: "Gracias por haberme acompañado. No podía dejar de venir aquí para venerar a la Virgen Madre, y para confiarle a sus hijos e hijas".

También les ha recordado que "bajo su manto, no se pierden; de sus brazos vendrá la esperanza y la paz que necesitan y que yo suplico para todos mis hermanos en el bautismo y en la humanidad, en particular para los enfermos y los discapacitados, los encarcelados y los desocupados, los pobres y los abandonados".

En referencia al centenario de las apariciones, que hoy da inicio, el Papa argentino ha destacado que les ha reunido allí para dar gracias por las "innumerables bendiciones que el Cielo ha derramado" en estos cien años, y que han transcurrido "bajo el manto de Luz que la Virgen, desde este Portugal rico en esperanza hasta los cuatro ángulos de la tierra".

El Santo Padre ha presentado como un ejemplo para todos la vida de los nuevos santos Francisco y Jacinta Marto, los niños videntes, "a quienes la Virgen María introdujo en el mar inmenso de la Luz de Dios, para que lo adoraran". "De ahí recibían ellos la fuerza para superar las contrariedades y los sufrimientos", ha dicho.

Al concluir, ha pedido la protección de María para descubrir "el rostro joven y hermoso de la Iglesia, que resplandece cuando es misionera, acogedora, libre, fiel, pobre de medios y rica de amor".

Minutos antes de dirigirse a los fieles en la homilía, a las 11,26, hora española, el Santo Padre ja pronunciado la fórmula de canonización por la que declara santos a los pastorcitos Francisco y Jacinta, en medio del júbilo de los cientos de miles de peregrinos llegados de todos los puntos de Portugal y de numerosos países.

Antes de la Misa de canonización, Francisco ha mantenido un encuentro privado en la residencia de Nuestra Señora del Carmen, dentro del complejo del santuario de Fátima, con el primer ministro Antonio Costa.

Posteriormente, el Pontífice ha dirigido un saludo a los enfermos, recordando que "Jesús sabe lo que significa el sufrimiento, nos comprende, nos consuela y nos da fuerza, como hizo con San Francisco Marto y Santa Jacinta".

"Vivid vuestra vida como un regalo. No os consideréis solo receptores de solidaridad caritativa, sino sentíos metidos a título pleno en la vida y la misión de la Iglesia. Vuestra presencia silenciosa es más elocuente que muchas palabras", ha dicho.