El catedrático de Psicología de la Discapacidad Miguel Ángel Verdugo advierte de que sobre las entidades del sector pesa la amenaza de quedar sin financiación procedente del IRPF y lamenta la ausencia de una red estatal en este ámbito, así como el torpe reparto de fondos para investigar.

Verdugo, Premio Reina Sofía 2013 de Rehabilitación e Integración, ejerce su cátedra en la Universidad de Salamanca -la primera en España dedicada a la Psicología de la Discapacidad- y habla sobre este asunto con Efe tras inaugurar la jornada "Avanzando hacia la inclusión", organizada por el Cabildo de Tenerife, Sinpromi y Plena Inclusión Canarias.

El catedrático considera que debería haber una red estatal en materia de discapacidad, porque uno de los problemas de España es la descentralización del Estado, con un papel "muy mal definido" y que ha dejado a las autonomías de menor tamaño "aisladísimas" en este aspecto.

Precisa que las confederaciones estatales del sector, dedicadas a cuestiones como la parálisis cerebral y diversos grados de discapacidad, recibían hasta este año un porcentaje de los recursos asignados con cargo al 0,7% de fines sociales en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas.

Esta situación variará a partir de 2018 como consecuencia de una sentencia del Tribunal Constitucional que da la razón a la Generalitat de Cataluña ante el recurso contencioso administrativo que interpuso por invasión de competencias sobre las subvenciones con cargo al 0,7% del IRPF, en la que se pide un nuevo sistema de distribución más estable.

Para Miguel Ángel Verdugo, las entidades del sector temen que este dinero se transferirá a las comunidades autónomas y quedará "parado totalmente" su proceso de asignación de fondos vía IRPF, pues no se garantiza el destino final de estos fondos. "No ha habido un diseño claro para reservar determinadas competencias al Estado y crear redes de equilibrio, con lo que las entidades han perdido la capacidad de acción que había hace años", afirma. Es cierto que la calidad de vida de las personas con discapacidad en España ha variado a mejor, aprecia Verdugo, pero los avances "son mucho más lentos de lo que quisiéramos familiares, organizaciones y profesionales".

Al respecto, subraya que si las cosas han cambiado se deben fundamentalmente a que las familias, "y sobre todo las madres", son más ambiciosas en sus derechos, a que también lo son entidades como Sinpromi en Tenerife con sus proyectos inclusivos y a que los profesionales acceden a formación "de primera fila" internacional.

También, prosigue el catedrático, es muy torpe la distribución de recursos para investigación, sobre todo en el ámbito de la discapacidad, y muy poca la financiación de infraestructuras estables, y cuando la hay "es para biomedicina, neurociencia e investigación básica", que es importante pero "no en exclusiva, porque lo que cambia la sociedad no es eso".