Más de 2.500 rapaces y aves marinas han disfrutado de una segunda oportunidad en la última década tras haber llegado heridas, intoxicadas, desorientadas, desnutridas o enfermas al Centro de Rehabilitación de Fauna Silvestre de Gran Canaria, que salvó a dos de cada tres "pacientes".

Este centro veterinario del Cabildo de Gran Canaria acaba de publicar en dos revistas científicas -"Animal Biodiversity and Conservation" y "PLOS One"- el balance del trabajo que realizó entre 2003 y 2013 con dos tipos de pájaros especialmente vulnerables: las rapaces, todas ellas especies protegidas en España, y las aves marinas, que han sufrido un dramático declive en todo el mundo (se calcula que su población se ha reducido casi un 70% desde 1950).

Los dos artículos llegan a la misma conclusión: la tasa de supervivencia y de regreso a la naturaleza que se ha conseguido con esos dos tipos de aves demuestra que merece la pena contar con centros públicos de rehabilitación de fauna como el de Gran Canaria.

En esos diez años, llegaron al centro veterinario que dirige Pascual Calabuig en Las Palmas de Gran Canaria 4.017 rapaces y aves marinas, de las cuales 2.509 se curaron y volvieron a su hábitat natural (el 62,45%), mientras que 784 murieron (19,51%) y otras 714 fueron sacrificadas, al resultar imposible ayudarlas (17,77%).

En el caso de las rapaces, los traumas fueron la principal causa de ingreso de aves en el centro, con 758 casos, cifra que incluye 112 aves que presentaban disparos y 67 que habían chocado contra vallas, líneas eléctricas, vehículos o edificios. El resto de asistencias corresponden a polluelos caídos del nido o abandonados (512), aves con enfermedades nutricionales o metabólicas (241), aves con liga en el plumaje (121), aves que habían estado transitoriamente cautivas (73), aves enredadas en plantas de hojas pegajosas (40) y envenenamientos (30).

Sus tasas de regreso a la naturaleza oscilan entre el 90% conseguido con las aves que se habían estrellado contra edificios y el 14% de ejemplares que logró sobrevivir a una electrocución.

El balance de esos diez años con la recuperación de rapaces en Gran Canaria fue de 1.263 aves curadas y liberadas (57,57%), 487 muertas en el tratamiento (22,20%), 434 sacrificadas por resultar irrecuperables (19,78 %) y 10 retenidas en el centro para conservarlas.