Se calcula que 168 millones de niños trabajan en el mundo, de los que más de la mitad, es decir, 85 millones efectúan trabajos peligrosos poniendo en riesgo su vida, pero además estos menores no van a la escuela y no tienen tiempo de jugar.

Son cifras que denunciaron la ONU y las organizaciones sociales ayer en el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, en el que se insistió en la urgencia de abolir el trabajo de los menores, que desarrollan en muchos casos en condiciones de esclavitud.

La agricultura es el sector con mayor número de niños en situación de trabajo infantil (seis de cada diez o 98 millones de niños), seguido del sector servicios (54 millones) y la industria (12 millones). Este año, esta conmemoración incide en el impacto de los conflictos y desastres naturales en el trabajo infantil.

La ONG World Vision puso rostro a esos niños y explicó cómo Alí, un chico sirio refugiado en Líbano, vende tejidos en la calle para ayudar a su familia. Los refugiados sirios que viven en Jordania y Líbano no están legalmente autorizados para trabajar, lo que les obliga a hacer tareas por salarios muy bajos, y sus hijos renuncian a la educación para buscar trabajos que cubran parte de las necesidades básicas de sus familias.

La ONG de defensa de la infancia Plan Internacional destacó que 10 millones de niños trabajan en el servicio doméstico en condiciones de esclavitud, "ocultos" en las viviendas de sus empleadores sin que sus actividades puedan ser controladas, de las que el 67% son niñas.

Recordó que en muchos países de América Latina y África el trabajo doméstico infantil es aceptado a nivel social y cultural, por lo que reclamó a los gobiernos y legisladores que incluyan en sus prioridades "el objetivo de limitar el trabajo doméstico y garantizar el acceso a la educación".

La ONG Educo exigió a los gobiernos que cumplan con sus obligaciones y compromisos de erradicarlo antes de 2025, dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. "La educación es la mejor solución para luchar contra el trabajo infantil", explicó esta ONG, porque ayuda a los niños a romper el círculo de pobreza en el que viven, obligados a trabajar para subsistir y ayudar a sus familias.

La Confederación Europea de Sindicatos (CES) señaló la necesidad de incrementar la concienciación sobre la existencia de violencia machista en el ámbito laboral como primer paso para "prevenir, gestionar y eliminar" ese acoso hacia las mujeres.

Con el informe "Seguridad en casa, seguridad en el trabajo", presentado ayer en una conferencia en Bruselas, la CES busca "abordar de forma integrada" la violencia en los ámbitos doméstico y laboral, un vínculo que esta organización no había estudiado en el pasado.

El estudio, llevado a cabo en once países, entre ellos España, subraya que los estereotipos "negativos y persistentes" sobre las mujeres, así como el sexismo y las culturas patriarcales, son grandes barreras para que "algunos sindicatos y ciertos sectores" tomen en serio estas cuestiones.

"El aumento de concienciación sobre violencia de género en el trabajo sigue siendo un desafío, ya que es un tema oculto: los trabajadores temen represalias si denuncian los casos y todavía hay un bajo nivel de comprensión sobre las causas del acoso sexual y otras formas de violencia contra la mujer", relató el informe.

La CES reclamó una mayor formación para los representantes sindicales y directivos, de forma que estos puedan identificar los signos de la violencia machista y laboral y tomar medidas desde sus posiciones de responsabilidad.