El número de personas en el mundo forzadas a abandonar su hogar a causa de la guerra, la violencia y la persecución alcanzó su máximo histórico en 2016, con más de 65,6 millones de desplazados en su propio país o sobreviviendo en una nación extranjera.

Estos datos los recoge la Agencia de Naciones Unidas par los Refugiados (Acnur) en su Informe Mundial de Tendencias de desplazamiento forzado que realiza anualmente y que presenta la víspera del Día Mundial del Refugiado, que se celebra hoy.

Dos terceras partes son desplazados internos en su propio país (40,3 millones); 22,5 millones refugiados en terceras naciones; y 2,8 millones solicitantes de asilo. Estas cifras significan que una de cada 113 personas en el mundo es desplazada o dicho de otra manera, más de la población de Reino Unido.

"A pesar de lo que vimos, el año pasado fue solo un pequeño incremento en las cifras totales respecto a 2015 (65,3 millones), esto ya son malas noticias, porque significan más crisis", afirmó el alto comisionado para los Refugiado de la ONU, Filippo Grandi.

Durante el año pasado 500.000 refugiados y 6,5 millones de desplazados internos lograron volver a su casa y otros 189.300 refugiados fueron acogidos en programas de reasentamiento en 37 países. Sin embargo, el año pasado 10,3 millones de personas se vieron forzadas, por primera vez, a abandonar sus hogares, de los cuales 6,9 millones se quedaron dentro de las fronteras de su país. Al sumar y restar los nuevos desplazamientos con los retornos y los reasentamientos, se desprende una "buena noticia", y es que la cifra total de desplazados forzosos al finalizar 2016 era "sólo" de 300.000 personas más.