Un coleccionista rumano compró una vieja máquina, supuestamente de escribir, por cien euros y después comprobó que era una máquina Enigma.

“El coleccionista la compró en un mercadillo como si fuese una simple máquina de escribir. Se trata de un profesor que ha dedicado toda su vida a Enigma. Sabía muy bien lo que compraba y quizás haya sido el negocio de su vida”, explica Cristian Gavrila, uno de los responsables de la casa de subastas ArtMark, que la "revendió" por 44 000 euros.

La máquina Enigma, que sirve tanto para cifrar como para descifrar mensajes, se hizo famosa por haber sido utilizada por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial hasta que el matemático británico Alan Turing consiguió desvelar sus secretos.