El director del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares Carlos III (CNIC), Valentí Fuster, ha apostado hoy por cambiar "radicalmente" el abordaje de la "epidemia" de la enfermedad cardiovascular, y dedicar esfuerzos a la promoción de la salud.

Fuster ha realizado estas consideraciones durante el curso magistral "Molecular, Clinical and Population Bases of Cardiovascular Disease and Health", organizado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), que se ha celebrado en Cardona (Barcelona).

En esta ciudad, de la cual es hijo adoptivo Fuster, se ha puesto en marcha la iniciativa "Cardona Integral", un proyecto en el que la salud se ha convertido en un elemento prioritario para sus habitantes.

Durante el curso, el doctor Fuster ha analizado las bases para lograr un envejecimiento saludable, una edad media sana y una infancia y adolescencia igualmente saludables.

"Cuidar de nuestra salud es una cuestión de responsabilidad individual y de un cambio general de actitud y de estilos de vida", ha considerado el médico, que ha añadido que "nunca es tarde para cuidarse".

Un estilo de vida saludable incluye, ha dicho, no fumar, evitar la obesidad, una actividad física regular y un patrón de dieta saludable.

Fuster ha asegurado que, en contra de la creencia de que los genes favorecen la enfermedad cardiovascular, "cada vez hay más evidencias científicas que demuestran que este riesgo genético puede ser atenuado por un estilo de vida saludable".

Un estudio publicado por The New England Journal of Medicine ha demostrado que la población con una elevada predisposición genética a desarrollar una enfermedad cardiovascular puede reducir el riesgo de infarto o de episodio de muerte súbita a la mitad por el simple hecho de adoptar un estilo de vida saludable, ha recordado.

"El ADN no dicta nuestro destino", ha sido el contundente mensaje de Valentí Fuster, también director del Instituto Cardiovascular del Hospital Mount Sinaí, de Nueva York (Estados Unidos).

El especialista ha informado de que, en todo el mundo, esta enfermedad es una patología relacionada con el envejecimiento y es la principal causa de muertos en los ancianos de los países desarrollados.

A partir de 2013, el 65 % de las muertes atribuidas a la enfermedad cardiovascular se produjeron entre los pacientes de 75 años o más, y aunque la mortalidad ha ido descendiendo en los últimos treinta años, se da la paradoja de que la prevalencia continúa en aumento.

Las nuevas técnicas de imagen, como la ecografía 3D vascular, pueden convertirse en una herramienta clave para identificar individuos con riesgo de enfermedad cardiovascular.

También es importante el nuevo concepto "de la enfermedad cardiovascular a la salud cardiovascular, del envejecimiento al nacimiento", ha indicado Fuster, que ha abogado por cuidar la educación para "cuidar nuestra salud desde que somos pequeños".

Los adultos tienen también su parte de responsabilidad en cuidar su salud cardiovascular y ha mencionado las "terapias de grupo" para promover la salud integral, con diez o quince personas que se reúnen una vez cada dos o cuatro semanas, similar a las terapias de grupo que se llevan a cabo en programas de dependencia de sustancias.

El último concepto que se debería promocionar, en su opinión, es el de "ciudad saludable", que debe contemplar determinantes de la salud y la creación de entornos físicos y sociales que promueven la salud, como zonas deportivas y auditorios enfocados a la educación de buenos hábitos de salud.