Las últimas investigaciones en la cueva cántabra de La Garma (en Omoño, Ribamontán al Monte) se han saldado con el hallazgo, en el ámbito arqueológico, de un húmero de elefante "muy espectacular", que está "en perfecta conversación" y, desde el punto de vista climático, con una estalagmita más antigua que las descubiertas anteriormente, y que permite analizar la evolución del clima en los últimos 20.000 años, ya que "llega hasta el máximo frío de la última glaciación".

Lo destacó ayer Pablo Arias, responsable junto con Roberto Ontañón de los estudios en este yacimiento, con motivo de la visita que ha girado al mismo el consejero de Educación, Cultura y Deporte, Ramón Ruiz, que ha definido la zona como uno de los ejes del Plan Estratégico de Arte Rupestre, que se presentará "en los próximos días".

El hallazgo es muy importante para avanzar en el estudio de la evolución del clima

Arias remarcó que La Garma no es importante solo desde el punto de vista arqueológico, sino que es "clave" para estudiar la evolución del clima, al contar con "una de las mejores secuencias" en las estalagmitas halladas y a la que se añade la última descubierta, que va a ser muestreada este año para conseguir un "registro climático fundamental".

Este experto detalló, además, que se continuará con la excavación exterior de la cueva, donde se registran restos de población del Paleolítico Inferior, "los primeros ocupantes de Cantabria, que habitaron la región hace unos 400.000 y 100.000 años -dijo- y que son "similares" a los que ocupaban Atapuerca. Al tiempo, se está ampliando una zona de excavación "muy prometedora" que se inició el pasado año, y se realizan trabajos sobre la transición del hombre Neardenthal hacia los humanos modernos, del Paleolítico Medio al Superior, en la entrada de la cueva.