Los datos dicen que niños y adolescentes están desarrollando demasiada dependencia a los dispositivos electrónicos conectados a Internet. Según datos de la Asociación de Usuarios de Internet, la mitad de los niños menores de 10 años tiene un smartphone, cantidad que se eleva al 90% en el caso de los adolescentes de 14 años.

El comparador de Internet Kelisto elaboró un gráfico con datos sobre menores en Internet, instando a sus padres a tomar medidas. Casi un millón de adolescentes españoles están en riesgo de sufrir una adicción y, de hecho, más de 50.000 presentan una conducta adictiva.

El 32% de los adolescentes, por otra parte, pasan más de tres horas diarias online, y el 63% ha contactado alguna vez con alguien que no conoce. Resulta también significativo que el 45% haya llegado a quedar cara a cara con esa persona.

En cuanto al ciberacoso, que se ha convertido en un problema de calado en el ámbito educativo, el 21% lo ha sufrido, siendo la mayoría, un 20%, los que lo sufren en silencio, sin recurrir a familiares o amigos.

Las vacaciones de verano se presentan como una gran oportunidad para pasar tiempo en familia, recurrir a actividades alternativas y encontrar entretenimiento fuera de Internet y los dispositivos electrónicos.

La lectura como aliada

La lectura tiene múltiples beneficios en cualquier persona, pero más en niños y adolescentes. Mientras estén leyendo, estarán alejados de los dispositivos que suelen utilizar.

Sin embargo, no se trata de renunciar a una herramienta que, guste más o menos, forma parte de su contexto y estilo de vida. La tecnología está mucho más presente en nuestro a día que hace unos años, y también se puede utilizar para inculcar hábitos positivos y valores.

Sea en formato libro electrónico o en un blog lleno de consejos para el estudio, algo habrá que le llame la atención para leer. Cualquier cosa puede despertar su curiosidad, como el significado de nombres en una web como www.significado-de-nombres.net (que también tiene nombres para bebés).

Descanso sí, pero activo

En cuanto a las tareas, hay que tener presente que el verano también es época de descanso, pero ello no lleva aparejado el no hacer nada. Su tarea podría ser, como recomendaba el Colegio San Francisco de Paula de Sevilla, ayudar en casa, entrenar los conocimientos de forma lúdica, leer, realizar alguna actividad para demostrar lo aprendido (como redactar y enviar una postal), viajar y empaparse de cultura en monumentos, museos o conciertos.

Para los dispositivos electrónicos debe haber un tiempo limitado, y más vale que los adultos prediquen con el ejemplo.

Fiestas infantiles de las de antes

Si la época estival incluye una fiesta, la tarea podría consistir en que se implique activamente en su organización, que tome responsabilidades incluso en la gestión del presupuesto, con supervisión. Se puede plantear como un juego la redacción de invitaciones para cumpleaños, además de la selección y envío o reparto de las tarjetitas de cumpleaños. Una página como Invitacionesde.com tiene varios modelos de invitaciones de fiestas infantiles.

Se puede plantear también, sobre todo en el caso de los niños, como una revisión de juegos clásicos. Piñatas, gincanas, carreras con objetos, globos de agua y otros les divertirán y, a buen seguro, les proporcionarán ideas de juegos para lo que queda de verano.

Juegos online, en su justa medida

No es que los juegos online o los dispositivos móviles sean el enemigo a batir. Su uso también implica beneficios a los que no hay por qué renunciar, solo buscar el término medio. También pueden tener sus aportaciones positivas en las experiencias sociales, cognitivas o emocionales del niño, y contribuir a su desarrollo.

Los juegos gratis de fan de juegos, por ejemplo, no implican desembolso económico alguno y son óptimos para todas las edades. Sus juegos gratis abarcan géneros como la acción, los coches, los deportes o los de estrategias. Títulos tan populares como Clash Royale, Grand Theft Auto San Andreas, Minecraft o Fifa también se pueden encontrar en Fan de juegos.

Consejos de la Policía Nacional

No se trata, por lo tanto, de prohibir, sino de establecer unas reglas de uso y tener en cuenta las consecuencias de no cumplirlas. Es, de hecho, el primer consejo para padres respecto a sus hijos que da la Policía Nacional. El control en los tiempos de uso es fundamental.

Conviene también recordar sus consejos cuando los menores estén navegando. Hay que enseñarles a no solicitar productos sin la aprobación familiar, ayudarles en lo posible a realizar búsquedas, comentarles acerca de la intimidad al hacer uso de Internet y hablarle de los peligros del chat.

Si se autorizan los gastos en línea, hay que establecer presupuestos bien marcados y supervisar siempre que se cumplen, haciendo comprobaciones periódicas. Los hijos, considera la Policía Nacional, deben ser educados de forma que conozcan las consecuencias de romper las reglas.

En muchas ocasiones, normalizar ciertos usos tiene consecuencias más positivas que prohibir, por lo que las autoridades invitan a intercambiar conocimientos con los hijos sobre novedades informáticas. De hecho, es muy beneficioso formarse en un campo tan importante en la actualidad, por lo que se debe animar a los menores que tengan interés en él a compartir lo que sabe con su entorno.

En cuanto a infraestructuras, se aconseja usar proveedores que sean solventes, instalar filtros y programas de control para acceso a ciertas tareas y consultar páginas especializadas en seguridad en la red, que ayudarán en el uso de ciertas herramientas de control.

Responsabilidad asociada al uso de internet

Hay que enseñarles, por lo tanto, que aunque el uso de internet tiene beneficios, también implica riesgos que invitan a actuar con responsabilidad. Se trata de que entiendan que, si tiene un comportamiento adecuado, este redundará en la confianza de los padres y les mantendrá a salvo.

Por eso la Policía Nacional tiene también recomendaciones que hacer a los hijos. Para empezar, hay que avisar de forma inmediata a un adulto si se aprecia contenido que parezca raro, y evitar dar datos personales si no se consideran necesarios o no se está seguro del destinatario.

El menor debe saber que no se aconseja enviar fotos de la familia sin autorización, que han de consultar a sus padres si van a quedar con alguien de la red y que no deben contestar a mensajes extraños. Asimismo, tiene que evitar páginas que solicitan dinero, inversiones o números de tarjetas de crédito, entre otras cosas.