ción de Quintanilla Cabe Rojas, una pequeña localidad del norte de Burgos con poco más de veinte habitantes, utiliza murciélagos y abejarucos para controlar plagas sin dañar el medio ambiente con el uso de pesticidas.

El alcalde de Quintanilla, Ismael Alonso, ha explicado que la experiencia más reciente se está realizando con murciélagos, porque aumentar su presencia en la zona puede reducir el número de insectos, sobre todo mosquitos, que además de ser molestos pueden provocar daños en los cultivos y el ganado.

Para aumentar la población de murciélagos se han instalado seis refugios de hormigón y resina en árboles de las orillas del río Zurita y bajo los puentes.

Se trata de repetir la experiencia que se inició el año pasado con los abejarucos, pequeños pájaros que han terminado sin más ayuda con la plaga de oruga procesionaria que atacaba cada año lo pinos y que este verano ha desaparecido.

Alonso ha explicado que en ese caso se instalaron treinta "cajas nido" hace un año, lo que ha provocado un aumento de la población de abejarucos en la zona.