Miley Cyrus y Lady Gaga son algunas de las estrellas internacionales que volverán a vestir la próxima temporada la ropa elaborada por un grupo de monjas de clausura que confeccionan diseños de la firma María Ke Fisherman en su convento de la localidad onubense de Cumbres Mayores.

Así lo ha indicado Víctor Alonso, socio junto a María Lemus de esta firma, que el próximo 18 de septiembre presentará su nueva colección en el Parque de Atracciones de Madrid, dando continuidad a un trabajo de varias temporadas en las que artistas como Rihanna o Katy Perry llegan a pagar hasta 2.000 euros por tener uno de sus diseños exclusivos, cosido por estas religiosas.

El convento está ubicado en el corazón de la sierra onubense, y en él viven religiosas de las Madres Carmelitas Descalzas, pertenecientes a la comunidad de San Jerónimo, del Valle del Chumbao, en Andahuaylas (Perú), que ya lleva varios años enviando monjas a diversos monasterios españoles.

La colaboración con la firma de alta costura las ha hecho populares, aunque ellas siguen su dinámica de vida en clausura, y sólo una vecina del pueblo está autorizada a entrar y salir del convento para traer y recoger material, "mientras que en el torno se les deja lo que necesiten para realizar los diseños", ha concretado Lemus.

Las monjas trabajan el ganchillo y el punto, haciendo trajes por partes o enteros, y su relación con la firma de moda se inició porque María Lemus tiene familia en el pueblo, escuchó hablar de ellas y su habilidad para la confección y pensó en esa forma de ayudarles en sus labores de caridad.

Las prendas se realizan con cinta técnica en lugar de con hilo, lo que permite que la ropa sea moldeada de muchas formas y que tenga una mayor versatilidad que el ganchillo tradicional.

Todas las prendas están íntegramente hechas a mano, con precios que oscilan entre los 400 y los 2.000 euros, y como dato curioso está el hecho de que las autoras de los diseños nunca los han visto en los cuerpos de las destinatarias, ya que en el convento no tiene conexión alguna, incluidos medios de comunicación, con el exterior.

El convento fue inaugurado el 2 de febrero de 2014, y los 600.000 euros que costó fueron sufragados mediante aportaciones de los vecinos de Cumbres Mayores para acoger a las religiosas procedentes de una congregación peruana, lo que permitió levantar el edificio, de 1.500 metros cuadrados.