Podría ser Wall?e, el robot de Pixar, o Rover, el simpático robot de la animación española "Planet 51", aunque este es Lucid (LUnar scenario Concept valIdation and Demonstration). El robot, que forma parte de un proyecto aeroespacial con su mismo nombre, lleva ya una semana investigando el paisaje lunar que se ha encontrado al salir del camión que le resguarda por las noches. Todo parece muy similar a la Luna, su misión original, sin embargo, algo no está bien. Quizás sean los muchos humanos que se paran a contemplarle con admiración, pero el robot intuye que realmente no está en la Luna.

A pesar de ello, nunca lo sabrá, porque realmente Lucid no irá a la Luna, solo es un prototipo que servirá a otros para ese fin dentro de "10 o 15 años", como afirmó Fernando Gandía, jefe de proyectos de GMV. Lucid está ahora mismo en el Teide, un "análogo lunar", según los expertos, investigando sus paisajes y haciendo pruebas de campo para los científicos de GMV, pero no lo sabe. Allí estará hasta el 16 octubre realizando estas comprobaciones.

Todos los días, aproximadamente a las 7 de la tarde, comienza su aventura. Recorre de arriba abajo las Minas de San José, uno de los miradores de las Cañadas del Teide, a una velocidad de diez centímetros por segundo, para tomar imágenes y escanear el terreno. Lo hace mediante sus sensores LIDAR y sus cámaras Time Of Flight, con las que realiza mapas de la elevación del terreno. Desde el camión, varios científicos utilizan radiofrecuencia para dirigirlo durante la noche. La jornada dura hasta las siete de la mañana, cuando todo el equipo de GMV se vuelve a casa y Lucid también.

Se trata de la última etapa de pruebas del robot, que ya hizo ensayos el pasado abril en Madrid. El objetivo, como comentó Gandía, es "validar las tecnologías de percepción y navegación para robots planetarios" con las que cuenta Lucid. La mayoría de estos aparatos electrónicos y sensores que se encuentran en la parte alta de Lucid, además del software que integra todo, están hechos en España.

"Queremos conseguir la máxima información posible sobre la bondad de estas tecnologías para navegar en ambientes muy oscuros y proveer al operador del robot la máxima cantidad de información posible y la más útil", explicó Gandía. Asimismo, se están testeando y validando las capacidades de locomoción, iluminación y captura de imágenes del rover, algo fundamental en las misiones en la Luna.

Es así porque la misión para la que Lucid nació es la de acudir a los polos lunares, concretamente al sur, donde apenas brilla el sol y donde se piensa que puede haber "volátiles congelados". Estos elementos, al descongelarse, pueden derivar en agua o hidrógeno, y eso es, concretamente, lo que está buscando la Agencia Espacial Europea (ESA).

No será el robot más conocido de la galaxia, pero Lucid es real y, sin duda, demuestra la velocidad a la que evolucionan la tecnología y la ciencia.