La calidad del sueño está asociada a la evolución del dolor cervical y el hecho de dormir mal en sí mismo predice que el paciente evolucionará peor y que es más probable que se convierta en enfermo crónico, según dos estudios de la Red Española de Investigadores en Dolencias de la Espalda (Reide).

Estas son algunas de las conclusiones de estos estudios, refrendados por las revistas científicas The Clinical Journal of Pain y European Journal of Pain, y que ofrecen más conclusiones.

El 62,7% de los pacientes con dolor cervical tienen una mala calidad de sueño y el dolor resulta más difícil de curar que en los pacientes que duermen bien.

El 57% de los pacientes con dolor lumbar tienen también el sueño complicado, pero en ellos sin embargo la calidad del sueño no predice la evolución del dolor.

A partir de estos estudios, investigadores como Jesús Seco, médico y fisioterapeuta, creen que sería interesante diseñar ensayos clínicos para comprobar que el hecho de mejorar la calidad de sueño en los pacientes con dolor cervical que duermen mal mejora también la evolución del dolor.

Sería lo óptimo, según los expertos, porque estos dos estudios lo que han constatado es una asociación entre la calidad del sueño y el dolor, pero eso no significa que una sea la causa de la otra, sino que las dos cosas ocurren a la vez. "Es una asociación, no es causa efecto; puede haber factores externos que influyan en ambas cosas a la vez", aclara Kovacs.

Y ahí se abren las hipótesis, pero son ya eso, hipótesis sobre las posibles causas: una de ellas es que el hecho de dormir mal puede influir en el mecanismo neurológico en el que se procesa el dolor, y esto hace que se perciba más intenso.