Más de cincuenta pollos de pardela que habían caído a tierra desorientados por las luces nocturnas fueron liberados este lunes en la playa de la Laja coincidiendo con el ecuador de la Campaña de Pardelas del Cabildo de Gran Canaria, según ha informado hoy en una nota.

En ella se recuerda que el Cabildo pone en marcha esta campaña anualmente para proteger a las crías durante período en el que comienzan a volar al sufrir accidentes.

El consejero de Medio Ambiente, Miguel Ángel Rodríguez, ha recalcado la importancia de la implicación ciudadana para garantizar el éxito de la campaña.

Por ello, ha solicitado que, en la medida de lo posible, las personas que encuentren un pollo de pardela desorientado o herido se pongan en contacto con el Centro de Coordinación Insular (CECOPIN) en el teléfono 928353443 o el Centro de Recuperación de Fauna de Tafira en el 928351970.

También es posible trasladarlo en una caja de cartón a las dependencias de la Guardia Civil y la Policía Local, motivo por el cual el Cabildo ha distribuido en los municipios costeros un total de 500 cajas destinadas a alojar aquellos ejemplares encontrados gracias a la colaboración ciudadana, así como trípticos y carteles informativos que explican el procedimiento que se debe seguir para garantizar que vuelven a remontar el vuelo rumbo al mar.

Además del personal del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Tafira, que en estas fechas se vuelca en el rescate, curación y suelta de los pollos de las pardelas, el operativo del Cabildo lo completa un miembro del equipo Presa de la Consejería de Medio Ambiente especializado en rescates marinos y trabajos en altura.

El Cabildo estima que al finalizar la campaña, el número de ejemplares rescatados supere el millar, señala la nota, que añade que el porcentaje habitual de éxito con la liberación de los pollos accidentados está en un 95 por ciento.

La previsión de Pascual Calabuig, director del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre del Cabildo y coordinador de la campaña, es que, conforme avance la semana, disminuya "la incidencia nefasta de las luminarias que originas estos accidentes, y que esa disminución sea proporcional al crecimiento de la luna, cuyo plenilunio será el 4 de noviembre".

El resplandor de la luna sobre el mar, si continúan las noches despejadas como hasta ahora, resultará el mejor aliado para este primer vuelo de los pollos de pardela, tan sensibles a los encandilamientos por las cegadoras luces que pueblan amplias zonas de la costa de Gran Canaria, añade la nota.